Bienvenido a casa (privado Saitama)

Recuerdo del primer mensaje :

Había sido un día muy largo. El departamento había atrapado a una pequeña pandilla local con una gran cantidad de droga, así que había mucho papeleo de por medio, del cual gran parte le tocó hacer a él, cosa que le disgustaba mucho, y con lo que estaban constantemente “castigándolo” en la estación.

Si, de acuerdo, él no era muy ortodoxo al hacer su trabajo, y más de una vez podía haber roto alguna regla, pero también obtenía resultados. Cosa que a sus superiores no parecía importarles en absoluto.

“Apégate al manual de procedimientos, Genos”, le repetían. Y aunque lo intentaba, la mayoría de las veces terminaba haciendo todo a su manera, y entonces, preferían tenerlo en la estación, en un escritorio, detrás de una pila de papeles.

Se talló los ojos y bostezó. Estar todo el día sentado llenando formas le había dejado dolor de cabeza.

Si al menos todos aquellos documentos sirvieran para algo, se sentiría un poco mejor de poner tanto esfuerzo en ellos. Pero la verdad era, y lo sabía que la mayoría de aquellos delincuentes saldrían pronto de prisión, y que de todas maneras no eran más que intermediaros. La droga obviamente pertenecía a la mafia, y esos no había quien les hiciera algo.

Así que a su parecer el trabajo de escritorio en la estación era inútil, así que sólo quería volver a casa, olvidarse de su frustración y dormir.

Se detuvo de pronto en mitad de la acera al escuchar un ruido fuerte muy cerca, algo metálico siendo golpeado una y otra vez, y el sonido venía de un callejón que acababa de pasar. Genos regresó sobre sus pasos y se asomó con cautela, aunque en la oscuridad no pudo ver más que sombras. Y de nuevo escuchó el ruido.

Genos sacó una pequeña linterna y la luz iluminó el estrecho espacio entre los edificios. Ahí no había nadie, o eso parecía. Aunque al escuchar el ruido otra vez en seguida comprendió que venía del basurero que estaba ahí.
Con cautela se acercó.

— ¿Hay alguien ahí? —como nadie le respondió, se atrevió a ir abriendo la tapa poco a poco, hasta que el haz de luz de la linterna dio contra los ojos brillantes de un gato que lo miraba desde abajo, y que al notar que la tapa había sido retirada saltó fuera del contenedor y salió corriendo hacia la calle.

Solo un simple gato atrapado. Genos miró de nuevo dentro del contenedor para asegurarse de que no había más criaturas atrapadas adentro y luego lo volvió a cerrar. Apagó la linterna, listo para irse, y luego la encendió de nuevo, extrañado por lo que creía haber visto con el rabillo del ojo cuando había dirigido la luz de la linterna hacia el fondo del callejón. Algo que parecía… No, mejor cerciorarse antes de hacer conjeturas.

Dirigió el haz de luz hacia un lado y al otro, buscando el punto exacto entre el montón de cajas y bolsas de basura. Y lo encontró. Era justo lo que creía haber visto, una mano que sobresalía debajo de un montón de desechos.
Genos la contempló unos instantes, sintiendo que se le helaba la sangre al creer que estaba contemplando el cadáver de alguien.

Se acercó con cuidado, y removió un par de bolsas de encima. Su otra mano ya estaba buscando el teléfono para llamar refuerzos. Y luego se detuvo. Genos alanzaba a ver parte del cuerpo y notaba las partes metálicas y otras de un material de color negro que sobresalían en su apariencia. Quitó una caja y más bolsas y pudo verlo con mucha más claridad.

Era un Pet.

Suspiró aliviado de que no fuera un cadáver. Sólo un Pet que parecía desactivado.

—Hey. ¿Me escuchas? —le habló, pero no obtuvo respuesta.

¿Debería llevarlo a la tienda? Ahí se encargarían de él. Aunque si lo habían dejado ahí entre la basura tal vez era porque ya no funcionaba. Genos no dejaba de mirarlo, debía llevar un buen tiempo ahí, por eso estaba tan sucio. De pronto sintió tristeza por él, por terminar en un lugar así, como si no le importara a nadie.

Tenía bien sabido que los Pets eran criaturas artificiales, pero no dejaba de darle pena el estado en que se encontraba aquel.

Como si quisiera hacer algo bueno por él terminó de quitarle la basura de encima y lo apoyó sentado contra la pared.
Se quedó mirándolo de cerca, en cuclillas frente a él. A primera vista no parecía que tuviera algún desperfecto en el exterior, aparte de la suciedad.

Levantó una mano para quitarle del cabello negro algunas basuritas. Luego sacó un pañuelo e intentó limpiar una mancha en su mejilla, sobre una marca delgada que salía desde la base del ojo. Aunque al ver que no funcionaba dejó el pañuelo a un lado y uso la yema de su pulgar. Piel suave, se sentía igual que la de un humano, menos caliente, probablemente porque estaba apagado, pero no fría como la de un cadáver, así que no resultaba desagradable al tacto.

La mancha en la mejilla casi desapareció. Genos lo comprobó apartando la mano. De todas maneras una manchita menos no lo hacía verse más limpio.

Genos se levantó, dio un paso hacia atrás y lo miró como despidiéndose en silencio.

Empezó a andar hacia la calle, y miró hacia atrás de nuevo, a la solitaria figura sentada en la penumbra.

Si lo dejaba ahí tarde o temprano terminaría desmantelado probablemente. Era una pena.

Dio otro paso hacia la salida, aunque era incapaz de apartar la mirada del Pet. No parecía merecerse un final así.
Pero ¿Qué podía hacer por él? Quizá podría llevarlo a arreglar. ¿Por qué no? Parecía mejor opción que dejarlo en ese horrible lugar.

Suspiró, entre aliviado y preocupado por su propia decisión y volvió a acercarse al él. Lo levantó contra la pared y tras calcular si podía cargar con el peso, lo levantó en brazos y lo sacó de ahí.

El camino fue mucho más lento, y cuando llegó a su departamento, y tras subir las escaleras, se sintió verdaderamente agotado.

Ya en el interior dejó al Pet acomodado contra la pared de la sala mientras él iba por unos paños y un cuenco con agua tibia para limpiarlo.

Empezó con sus brazos, con el paño húmedo iba retirando el polvo y las manchas, con el seco limpiaba las partes metálicas. Pasó pacientemente la tela entre sus dedos y se encargó de limpiar cada uno de ellos. Luego le limpió el cuello hasta detrás de las orejas, y pasó la tela con suavidad sobre estas. El cabello lo dejaría para después.

Le limpió la frente, y las mejillas hasta que por fin lucieron limpias. Luego el mentón, los labios, la nariz. Limpió con mucho cuidado los párpados e incluso las pestañas que parecían tener algo de lodo seco en ellas.

Genos lo contempló, satisfecho. Se veía mucho mejor así, como si durmiera en vez de estar apagado y recién sacado de un sucio callejón.

— ¿Por qué te dejaron  ahí? —le preguntó volviéndose a sentir triste de pronto. No le parecía una manera digna de tratar a alguien, aunque fuera un Pet, aunque sabía bien que no todos pensaban que los Pets mejor que el de simples cosas que podían comprarse y tirarse tan fácil.

—Buscaré a alguien que pueda arreglarte, te lo prometo.

Levantó los paños y el cuenco y se levantó. Un momento después volvió a arrodillarse frente a él.

—A no ser que no estés descompuesto, tal vez… sólo te apagaron.

Lo miró como si el Pet fuera capaz de responder.

Y luego sus ojos se fijaron en sus labios. Quizá podía activarlo él mismo. No estaba del todo seguro de si podía, pues nunca había tenido un Pet, pero había escuchado muchas veces aquello de “un beso para activarlos”.

—Podría funcionar…—musitó pensativo. —Voy a intentarlo ¿De acuerdo? —le dijo, como si el Pet apagado estuviera al tanto de la idea que acababa de pasar por su mente.

Dejó los paños y el cuenco en el suelo y se inclinó hacia el Pet. Se detuvo a unos cuantos centímetros de su rostro y dudó.

Si, aquel podía ser un procedimiento normal con los Pets, pero no dejaba de ser un gesto algo íntimo. Además, no era su Pet. ¿Qué tal si le molestaba?

—Disculpa. —dijo en voz baja antes de recargar sus labios contra los del Pet. No sabía cuánto tiempo debía estar así, por lo que se quedó así unos momentos, con el rostro del Pet entre sus manos, siendo consciente de que sus labios eran bastante suaves.

Cuando finalmente se apartó lo hizo apenas unos cuantos centímetros, sin dejar de mirarlo esperando una reacción.

Ya que había aceptado estaba decidido a llegar hasta el final, no acostumbraba a renunciar por más difícil que fuera una situación.
Aun así, la idea seguía flotando en su mente, lo que le complicaba el simplemente concentrarse y dejarse llevar, como antes con los besos.
No lograba acostumbrarse lo suficientemente rápido a todas esas sensaciones que estaban abrumándolo.

Tenía la mirada fija en Saitama, solo en su cabeza  y en sus hombros. De alguna manera el observarlo le daba la sensación de que al menos podía estar al tanto de lo que pasaba, aunque no se atrevía a mirar más allá, a su mano tocándolo. Sentía demasiada vergüenza para hacerlo.

De todas formas, la sensación de verguenza se avivó aún más cuando Saitama volvió a mirarlo. Genos sintió un estremecimiento en la boca del estómago por aquel contacto visual, y una sacudida en su entrepierna, al parecer su cuerpo reaccionaba exitandose más ante la mirada de Saitama, aunque Genos no dejaba de pensar que preferiría que no lo viera en ese estado.

-Tú no..tienes q... -ni siquiera fue capaz de terminar la frase, sintió que la voz iba a fallarle. Así que solo hizo un leve movimiento con la cabeza, tratando de hacerle saber que no había razón para que tuviera que disculparse.

Cerró los ojos con fuerza, se dio cuenta que así sin ver lo que pasaba estaba mejor, suficientes estímulos tenía con lo que estaba sintiendo.

Estaba consciente de que Saitama acababa de retirar su ropa interior. Tembló ligeramente.

Y luego notó que le tomaba la mano y en seguida sentía bajo sus dedos la textura de su cabello.

Entre abrió los ojos para comprobarlo. Movió los dedos con delicadeza, una caricia apenas. Eso fue lo primero que se ocurrio que debia hacer, por un momento le pareció que eso era lo que Saitama esperaba de él al ponerle la mano sobre su cabeza.

Estuvo tentado a retirarla cuando le dijo que no mordía. Y además le había guiñado un ojo de nuevo. Genos lo miró fijamente con el rostro enrojecido.

-Lo hiciste antes.-Soltó casi en un susurro, refiriéndose a lo de morder. -Cuando me besaste.

No que eso le hubiera molestado en realidad.

Repentinamente sus dedos se cerraron con fuerza sobre un mechón de cabello. No eran su intención, pero había resultado inevitable al percibir sus manos tocándole directamente.
Porsupuesto sabía lo que era esa sensación, la había experimentado por su cuenta antes, pero el que fuera la mano de alguien más la que le tocaba de esa forma, era completamente nuevo, extraño, distinto, increíblemente placentero.

Volvió a cerrar los ojos y por fin los pensamientos distractores iban desapareciendo, e iba concentrandose mas en las sensaciones, tan vívidas e intensas. Una cálida humedad se deslizo sobre su miembro, la lengua de Saitama, no hacía falta verlo para saber que su lengua iba recorriéndolo.

Suspiró profundamente, y dejo de jalar su cabello, aunque sus dedos aun revolvían los mechones.

-¡Ah! Saitama... Ahí...-cada nuevo movimiento de Saitama parecía traer inesperadas sensaciones, pero aquello que acababa de hacer se había sentido increible, el calor de su boca presionado contra la punta de su erección.
Incluso tuvo que soltarse de la encimera y poner ambas manos sobre la cabeza de Saitama,deslizó los dedos de una por su nuca, hasta tocar el cuello, y aapretó las yemas de los dedos contra el suave material negro.

No había considerado lo avergonzado que puede estar Genos. No se dio cuenta hasta que miro el color de su cara. Habría que llevar toda esa sangre a su erección, aún siente que le falta un poco más.

- Bueno, no muerdo muy fuerte.

Para probar su punto, mordisqueó juguetonamente el largo. Tiene especial cuidado de no pellizcarlo ni nada, su meta es que sea placentero y siga disfrutándolo.

De la misma manera que empieza a disfrutar pasar los labios sobre su delicada piel, le da una sensación de cosquilleo. Culpa a las manos de Genos que le acarician la cabeza, tiene receptores muy sensibles ahí y le da un incentivo para seguir.

En su afán de explorar un poco más el cuerpo de su "amo", las manos que yacen en su cintura se aventuraron a tocar todo lo que tienen al alcance.

De sostener su cintura pasaron a tocar su trasero por encima del pantalón.

Cuando sintió ambas manos en su cuello, en su cuerpo se activó una extraña señal que le decía de mostrar sumisión.

Pero no, ignoro esa sensación por completo al escuchar el primer gemido, su nombre en ese tono nuevo. Uso ese impulso para empujarle las caderas y hacer que su miembro completo entrase a su boca, prácticamente emulando una embestida.

De verdad que quiere escuchar más de él, así como tocar algo más que pueda saciar su curiosidad al respecto de Genos.

Decidió soltar su trasero y subir las manos hacia su espalda, habiendo metido las manos por debajo de la camisa de Genos.

Tenía la piel lisa, salvo algunas pequeñas imperfecciones las cuales supuso que eran cicatrices. Tal cual la que le mostró del brazo.

Abrió los ojos una vez que llego a pegar la punta de la nariz en su vientre.

Puede sentir pulsaciones en el miembro de Genos, así como su garganta cerrarse pero sin darle la sensación de una arcada. Se mantuvo así un momento, cerrando la mandíbula en su base y aplastando su carne contra el paladar, así como su glande rozando la pared de su garganta.

Respiró profundamente por la nariz y le volvió a sacar de su boca con un sonido de beso. La sangre golpada en su glande le hizo verse mucho más rojo comparado a como estaba al principio.

- Si lo deseas, puedes acabar en mi.

Murmura, sintiendo un hilo de saliva bajar por su mentón.

No tiene mucho conocimiento de la durabilidad de Genos, así que le dio el permiso por si acaso.

Volvió a engullirlo por completo,na hora que estaba cubierto de saliva le hizo más fácil deslizarlo entre sus labios y aplicar la presión necesaria con sus mejillas, así como su lengua.

Dejó su espalda tranquila cuando sus palmas sintieron toda su superficie, le parece que empieza a sentir algo de sudor y más calor corporal. Ahora tiene curiosidad acerca de su abdomen pero la camisa empieza a s de un verdadero obstáculo.

Tuvo que mover la cabeza un poco más espacio para coordinar sus manos y abrirle los últimos tres botones, solo así pudo acceder a esa parte suya.

Ahí tendrá que darle crédito a Genos. Desde su perspectiva, puede apreciar lo buen esculpido que está su abdomen. Y solo ha visto eso, puede imaginarse cómo ha de estar lo demás.

Pero no puede distraerse con eso y se había dicho que no lo miraría tanto para no incomodarlo.

Volvió a cerrar los ojos y se enfocó en su trabajo. Su boca ocupada y sus manos también, recorriendo de nuevo la piel en busca de nuevas cuevas o cicatrices. A la espera del climax o de cualquier petición.

Después de todo, no sólo él debe beneficiarse de esto.

Fue un grato descubrimiento el hecho de que las mordidas se sintieran tan bien en aquella zona. Claro que Saitama lo estaba haciendo con sumo cuidado y como resultado el roce de la sensible piel de su miembro entre los dientes de Saitama le hacía sentir un delicioso cosquilleo.

-Umhh...- hubo otro breve momento de tensión, cuando su atención se desvío de lo que sentía entre sus piernas a las mano de Saitama moviéndose por su cuerpo, eso volvió a ponerlo alerta, porque, bueno, no era necesario que lo tocará en otras partes, seguro que podía obtener lo que necesitaba sólo haciendo justo eso que hacía con su boca en ese momento, no tenía porque esforzarse más que eso, no quería que se tomara tantas molestias, y además, no se sentía nada mal, pero no estando acostumbrado a ser tocado de manera tan... Oh, ya no importaba, porque Saitama acababa de hacer algo increíble al hacerle mover la cadera provocando que toda la extensión de su miembro entrara de una sola vez a su boca, dejándolo presionado entre las paredes de su boca.Un ronco gemido se le escapó y sus dedos volvieron a tirar de los mechones de su cabello con fuerza.

Fue igual de placentera la sensación de que deslizarse fuera de su boca, la lengua y los labios recorriendolo con un rápido movimiento hasta volver a tocar la sensible punta. Se estremeció al escuchar el sonido que hicieron sus labios al soltarlo, intrigado volvió a abrir los ojos para  mirarlo y aunque pensaba que no debía, le gustó lo que vio, mirarlo desde esa perspectiva, los labios mojados de saliva, y esta misma escurriendo  de su boca en un hilillo. No pudo resistir la tentación de deslizar una mano por su mejilla y limpiar con el pulgar la saliva en su mentón.

-Todavía no.-respondio con un jadeo, aún no estaba listo para correrse, y no estaba convencido de querer hacerlo dentro de su boca, aunque él mismo le dijera que podía. De todas formas Saitama no le estaba dando tiempo para ponerse a discutir cada paso con calma, lo que estaba bien, porque de hacerlo Genos podía ser que terminara arrepintiéndose de algo por una vez de tanto pensar en los detalles.

Se daba cuenta que Saitama hacia todo aquello con mucha naturalidad, sabía exactamente que hacer, y él no tenía experiencia previa con que compararlo, pero en su opinión era realmente bueno en ese tipo de cosas.

De nuevo dentro de su boca, no pudo reprimir el impulso de mover un poco la cadera él mismo, buscando más de esa caliente humedad envolviéndolo.

Ya no le preocuaba en donde estuvieran las manos de Saitama, las sentía, en su espalda, en su abdomen donde los músculos se contrajeron por el poco conocido y delicioso tacto de una mano ajena.

Pero Genos no podía poner su atención en eso, solo dejaba que se mezclara con todo lo demás, su concentración estaba de momento en su miembro endurecido y en la boca de Saitama, tomándolo todo.

Volvió a mover las caderas, está vez con más convicción, sus manos sosteniendo la cabeza de Saitama.Resultaba irresistible no hacerlo al percibir su lengua moviéndose contra su erección, el glande frotandose contra el paladar hasta el fondo.

-Saitama... ¿Esta bien para ti que haga eso?- era irresistible, si, pero temía volver a hacerlo y  que fuera desagradable para él.-Saitama...

Sintió la urgencia de mirarlo a los ojos de nuevo, así que se atrevio a bajar la vista, lo miró mientras tenía la boca alrededor de su miembro. Genos contuvo el aliento.

-Eres increíble. -susurró.

Aún no lo hará. Entonces puede estimularlo por más tiempo y explorarlo, empieza a ser codicioso al querer saber cuántos gemidos más le puede sacar o hasta donde puede llegar. No está seguro de si su semen funcionará o si a fuerzas debe estar en su boca o en otro lado pero no tiene nada que perder por intentarlo. Nada más que la vergüenza pero eso no importa ahora.

Genos se lo ha dejado relativamente fácil hasta ahora, tanto que empieza a sentir que se está aprovechando de sobremanera pero bien puede detenerlo si tan incomodo se siente.

Levantó un poco más la cabeza al sentir su mano, bajando un poco los párpados. Sabe que fue para quitar la saliva pero la percibió como una caricia. La misma que se le da a una mascota que ha hecho algo bien.

Cerró los ojos y le sostuvo de las caderas. Permitió que se moviera a su antojo, recibiendo sin queja su miembro completo t apretándolo con los labios para brindarle ese placer que está buscando.

Él mismo pudo encontrar gusto en recibir el miembro de Genos pues su boca tenía muchos receptores sensibles. La sensación de la fricción en las paredes de su garganta, lengua y mejillas le otorgaban un placer diferente pero bastante agradable.

Entonces esta funcionando, pensó.

- No me haces daño, si es lo que te preocupa.

De hecho esperaba que las embestidas de Genos se volvieran más agresivas, no que volviera a hablar y que aparte se mostrará preocupado por lo que piensa.

Se separó de su miembro, relamiéndose el hilo de saliva que conecta su glande de los labios.

- A menos que quieras hacerme otra cosa.

Y claro que lo dijo con absolutamente todas las intenciones habidas y por haber.

Aunque no había percibido la menor resistencia por parte de Saitama al momento de mover la cadera,  aún cuando el Pet tenía las manos sobre él y podría haber evitado que se moviera de esa manera, al menos la segunda vez, Genos quería estar completamente convencido de que no estaba traspasando algún limite. Saitama parecía muy comodo con todo eso hasta el momento, pero él necesitaba asegurarse.

Le bastó con mirarlo para saber que no había problema, era difícil no fiarse de la visión que era Saitama relamiéndose los labios, frente a su propio miembro erecto y mojado de su saliva.

-Bien...

Sintió un espasmo recorriendo su miembro.

-...Hacerte.- murmuró, percibiendo una oleada de calor que iba creciendole dentro ante la implicación de las palabras de Saitama.
De pronto se acordó de lo que había pasado en la tienda de pijamas, de la pijama demasiado corta, su torso expuesto, el diminuto short, sus piernas, la expresión de su rostro mientras le guiñaba un ojo... Ah.
Pensar en eso consiguió que las pulsaciones en su entrepierna se volvieran aún mas intensas.

-Quiero...  Quiero hacerte lo mismo. Dijiste que está bien que te toque...- una de sus manos le soltó la cabeza y la puso sobre una de las manos de Saitama cadera, la apretó un poco y luego se atrevió a deslizar las yemas de los dedos por su muñeca, por sobre los detalles del metal de su brazo -Quiero hacerlo, por favor.

Era difícil ignorar la demandante sensación de su propio cuerpo.

Deseaba las atenciones que Saitama había le estado dando, quería sentir su boca al rededor de su miembro, y hundió los dedos en su cabello, pensando en la sensación de moverse dentro, contra su lengua. Pero al mismo tiempo, no podía negar que se había despertado en él una creciente curiosidad por el cuerpo de Saitama, que sus sugestivas palabras le habían hecho imaginarse en el lugar en el que Saitama estaba en ese momento, de rodillas, y que su cuerpo reaccionaba a esa imagen mental exitandose más.

Se fue inclinado hacia él, lo suficiente hasta quedar cerca de su rostro, en esa posición su miembro rozó contra su propio abdomen,Genos jadeo un poco, pero trató de no ponerle atención a eso de momento. Así tan cerca, se quedó fascinado de lo atrayente que era el rostro de Saitama.

Genos terminó por ponerse de rodillas, con el cuerpo temblando un poco,y puso sus manos al rededor de la cintura de Saitama, apretando las palmas contra la tela de la camiseta, la punta de los dedo rozando tentativamente la orilla del pantalón.

En un momento de absoluta desicion los deslizó hacia el botón y lo desabrochó con un solo movimiento, empezó a jalar el cierre hacia abajo, aún que lentamente, y mientras lo hacia volvió a mirarlo la cara,como preguntando si estaba de acuerdo en que continuara.

Levantó más el rostro, mirando con atención a cualquiera que fuera su petición.

Puede sentir a Genos mucho más suelto que antes pero no lo suficiente, aún se nota algo tieso a la hora de moverse, aun inseguro.

¿Qué más puede hacer para darle más dominio?

- Hm. -Le miró interesado y sus pulgares acariciaron su piel en pequeños círculos cuando sintió su mano sobre su brazo. No pensó que fuera a querer devolverle el mismo favor.- Puedes hacerme lo que quieras, Genos. -Asiente despacio, dejandole luz verde de nuevo.

Inclino la cabeza contra su mano, no puede cansarse de la sensación de sus dedos entre su cabello. De hecho le gustaría volver a sentir esos pequeños tirones que dio hace unos momentos, mostrando una naturaleza más demandante de sus atenciones.

Teniendo su rostro de cerca tuvo el impulso de acercarse a sus labios de nuevo y robar el poco aliento que le queda. Pero tuvo que controlarse y solo pudo entreabrir los labios, haciendo una silenciosa petición de cercanía. Una que estaba buscando sentir pero puede estarlo confundiendo con la sola ansiedad de contacto y no la clase de cercanía que un Pet requiere de su amo, la que está tan desesperado de despertar en su sistema.

Le siguió con la mirada, de lo más tranquilo y curioso de ver cómo podría hacerlo. Sabe que no tiene porqué devolverle el favor o tener que tocarlo a cambio de lo que le ha hecho pero si de verdad deseaba tocarlo entonces se lo iba a permitir.

Se reclinó un poco hacia atrás, dejando camino libre para que tocase lo que quiera y asintió despacio al sentir roces en la ropa. Su propio órgano ya estaba activo desde el momento en que se puso de rodillas y escuchó los primeros gemidos. Su pantalón y posición lo lograron disimular hasta que Genos bajó el cierre. También fue consciente de cierta humedad que empieza a expandirse en otra zona y empieza a ser un poco molesta si se mueve mucho.

Pero el que Genos le esté tocando no significa que él se va a quedar quieto.

- ¿No te está doliendo?

Ladea la cabeza y fija la mirada en la húmeda erección frente a él. Lo ha sentido tan endurecido que el no sentir estimulo constante ha de ser algo molesto. Por ello se le hizo muy fácil estirar el brazo y volver a sujetar su miembro, teniendo especial cuidado de presionar la base su glande con el pulgar y el índice, dibujando pequeños circulos en la húmeda piel.

- Hmm... -Mira a los lados.- Quizás prefieras un sitio más cómodo.

Colocó su mano libre sobre su pecho, puede sentir perfectamente su corazón golpear su palma a un ritmo acelerado.

Con una pequeña sonrisa se dijo a sí mismo que podría hacerlo latir mucho más rápido que eso.

Aunque en ese momento Saitama no estaba tocando su entrepierna, Genos tuvo que respirar profundamente, pues seguía sintiendo que le faltaba el aliento por el solo hecho de que Saitama lo mirara, además sus manos aún estaban en su cuerpo, y aunque no lo tocaban directamente, podía sentir su miembro reaccionando incluso a la menor caricia.
En realidad no creía que Saitama fuera a darle una respuesta negativa, pero escucharlo decir que podía hacerle lo que quisiera era más de lo que se habría atrevido a esperar.

A pesar de que esas palabras lo animaron a seguir con lo que se proponía, todavía había momentos en los que dudaba un poco, por ejemplo, cuando estando de rodillas, tan cerca de él y tuvo de nuevo la sensación de que Saitama iba a besarlo, pero no sucedió, y él no sabía si debía hacerlo o no.

De todas maneras su concentración fue a centrarse toda en un momento en sus dedos desabotonando el pantalón. Al bajar el cierre fue inevitable sentir que el cuerpo de Saitama había reaccionado también a la situación, por la dureza que sintió, aunque su segundo pensamiento fue que quizá era porque también ahí abajo estaba hecho de metal.
Apartó la tela lo suficiente para tocarlo, deslizó la mano dentro, su palma rozándose contra el miembro, masajeó la base con los dedos, y luego recorrió el largo, para familiarizarse, aunque de tanto en tanto miraba el rostro de Saitama para saber su reacción mientras lo tocaba.

—¿Así está bien?
Su anatomía era como el de un humano, y del mismo material negro y suave que tenía en el cuello, no de metal. Se relamió los labios. Y gimió alto porque Saitama había vuelto a poner la mano sobre su miembro. El haber estado desatendido y de pronto volver a tener su mano masajeándolo provocó una reacción muy intensa, por un momento Genos creyó que iba a terminar ahí mismo, pero logró controlarse, respiró hondo de nuevo y volvió a jadear, porque los dedos de Saitama estaban presionando en el lugar precioso.

Le tomó unos momentos recuperar el hilo de lo que se suponía que estaba haciendo.

—Espera… más lento…—pidió, poniendo su mano libre sobre la muñeca de la mano que le estaba tocando. Con su otra mano apretó el miembro de Saitama, muy suavemente primero, luego con más seguridad, moviendo la mano de arriba abajo. Mientras lo hacía se inclinó un poco más hacia él y rozó con su boca sus labios.

Sus ojos fijos en los de Saitama, avisando con una mirada lo que quería hacer. Y lo besó, los labios primeros, y luego se volvió algo más desordenado, su lengua atreviéndose a buscar la de Saitama, jadeando contra su boca, su mano todavía moviéndose. Puso el pulgar sobre la punta y la frotó repetidamente.

El beso le había llevado a cerrar los ojos instintivamente, pero volvió a abrirlos pues quería ver su rostro mientras lo tocaba.

Estaba tan absorbido por las sensaciones que no pudo concentrarse de inmediato en lo que Saitama le decía.
Ladeó la cabeza, respirando contra su cara.

—… Un sitio más cómodo…—quería volver a besarlo en ese instante. — ¿Quieres… ir a mi habitación?

Sintió su otra mano apoyada contra su pecho y él buscó acercarse aún más. Pasó su brazo libre por la espalda de Saitama y lo apretó contra su cuerpo, porque eso era lo que su cuerpo le pedía, quería más, más de ese contacto.

—Entonces …—estaba a milímetros de su rostro, miraba a sus ojos de nuevo, pero la tentación de buscar su boca otra vez era muy grande, acarició su mejilla con los labios, pasó sobre la comisura, y lo besó otra vez. Hizo una breve pausa. — Deberíamos… Deberiamos—lo besó de nuevo. —...Levantarnos.

Su palma estaba caliente pero Genos no poseía las manos más suaves. Aparentemente su entrenamiento y trabajo le han dejado las manos ásperas pero eso era lo de menos.

Ignora si su cuerpo reaccionó por saber que es su amo o porque le está tocando de la manera correcta pero se sentía bien.

Aunque no quería emitir mucho ruido aún, por mientras solo se mordió el labio inferior y sintió las mejillas arder pues con apenas ese roce sintió la necesitad de frotarse contra su mano.

- A-así está bien.

Murmura, empezado a respirar por la boca pues el calor empieza a acumularse.

Genos estaba mucho más sensible de lo que está él mismo. No le hizo falta mover mucho la mano para arrancarle otro gemido y unos jadeos.

No quería que terminase tan pronto pues quiere aprovechar todo lo que Genos pueda proporcionar, así que obedeció más no se detuvo. Simplemente dejó que sus dedos le sigan acariciando, siendo más gentiles con la piel.

No se opuso a que se acercara. No podía ni moverse al estar recibiendo esa clase de atención en toda su longitud. Tampoco pudo quitar la mirada de sus ojos al estar recibiendo algo más que una invitación.

Abrió los labios al sentir los de Genos rozar los suyos y su mano atender su creciente ereccion, dejando suspiros salir y empeñar los labios del otro antes de que se adueñaran de los suyos y se robase el gemido con sus besos.

Se permitió gemir en su boca, su cuerpo inclinándose hacia el de Genos para acotar la distancia entre sus cuerpos. Su lengua encontró fácilmente la de Genos, ninguna dispuesta a quedarse quieta o permanecer del todo separadas.

Aún así se negó a que su mano se deje llevar por la intensidad del beso y hacer que se corriera entre sus dedos. Pero su cadera se negó a obedecerle esta vez, buscando un poco más de fricción contra su mano y que este no le soltara.

Esa era la clase de dominio que quería despertar en Genos, una que le permita empezar a llevar las riendas y deje de ponerse peros.

En este punto ya debe estar más que claro que puede hacer lo que se le antoje y como desee.

Tuvo que separarse un momento pues incluso él necesita recuperar el aliento antes de que todo acabe en algo más sobre el piso de la cocina.

- El sitio que mejor te parezca.

Se relamió los labios, sintiendo como le hizo levantarse un poco cuando le acercó a su cuerpo. Su mano permaneciendo sobre su agitado corazón.

- ¿Hm? -Cerró los ojos y reclinó la cabeza a la par del camino de los labios de Genos.

Genos parece muy afectó a los besos, algo de lo que no puede quejarse pues a él le resulta agradable el poder estimular su boca a besos.

- ¿Deberianos..? -Murmura, volviendo a besarlo sin abrir del todo los ojos.- Hmnn... -No debería sentirse tan bien besarlo pero no puede escapar de él.- Ah... ¿Crees poder llegar?

Abre los ojos y le sonríe de lado. La mano en su pecho baja despacio, ayudándose con la otra mano para acomodarle la ropa interior otra vez... Al menos hasta que lleguen a la habitación.

Tuvo que esperar unos segundos antes de levantarse, siente las piernas algo flojas después de haber estado arrodillado así. A eso le suma la molestia de su erección y de su cadera en general.

El corto camino a su cuarto fue algo difícil, entre que en cualquier momento siente que se le va a ir encima o que él mismo va a tirar de él para caer en donde sea y terminar con todo esto.

La puerta estaba abierta, no sintió la necesidad de prender las luces pues con lo que se filtra a través por la ventana le parece suficiente.

Observo a la cama, ya cambiaría las sabanas después. Por el momento se dio la libertad de sujetar las muñecas de Genos y guiarlo hasta que se acueste o... Más bien a tirarlo sobre esta y ponérsele encima.

Para ninguno de los dos había tiempo para juegos o de esperar algo más. Lo mejor es aprovechar la llama del momento antes de que Genos pierda el hilo, así que volvió a juntar los labios de ambos.

Sus manos lograron terminar de desabrochar su camisa, exponiendo todo su torso por fin. Algo a lo que no se pudo resistir fue a bajar los besos hasta llegar a su cuello, dejando un collar de besos húmedos alrededor de este. No, tampoco tocar su abdomen fue suficiente pues sabe que su ereccion es demandante, por lo que bajo una mano de nuevo para liberarlo de la ropa.

- Hey... ¿Sabes qué hacer o quieres que te guíe?

Presionó la sonrisa contra su cuello, no estaba demás preguntar antes que suponer otra cosa.

-Oh...

Se sintió muy complacido de escucharle decir que le parecía bien lo que hacía, así que se esmeró más en sus caricias, envolviendo toda la extensión con su mano, masajeando desde la base hasta la punta, y una vez que su mano lo recorrió las primeras veces, se fue acostumbrando a la sensacion de tocarlo y tomó más confianza en lo que hacía.
Además fue inevitable notar el cambio en la respiración de Saitama, detalle que solo contribuyó a animarlo a seguir.

Perdió un poco la noción de lo que hacía cuando Saitama lo tocó de nuevo,  resultaba difícil no poner dejar toda su atención puesta en sus propias sensaciones, en las fuertes pulsaciones en su entrepierna. Así que suspiró agradecido de que Saitama bajara el ritmo, así podía resistir más,  no estaba seguro de si eran los dedos de Saitama o su propio miembro lo que se se sentía tan caliente.

Entre más sentía más fácil resultaba dejarse llevar , más cómodo se iba sintiendo, unos minutos antes no habría creído que se atrevería a ser él quien tomara la iniciativa de besar a Saitama, pero se sentía bien, todo aquello se trataba de sentirse bien ¿No?

Lo que más le gustaba era sentir que Saitama quería, eso era lo que al final iba despejando el camino de las dudas, que le animara con cada palabra, con cada movimiento. Que al besarlo pareciera tan deseoso de ello como Genos se estaba sintiendo. Y era así por la manera en que correspondía , el movimiento implacable de la lengua del Pet contra la suya sólo avivaba su entusiasmo.

Y además Saitama empezaba a hacer unos sonidos muy provocadores, antes Genos no habría podido imaginar que escuchar gemir a alguien podría gustarle tanto. Quería decirle que le gustaba mucho que lo hiciera, pero no podía renunciar a seguir besándolo. Así que solo dejó que su mano se encargara, moviéndola mas rápido sobre la erección de Saitama, a momentos bajando el ritmo, masajeandolo con intensos y lentyos movimientos circulares con los dedos, antes de retomar un ritmo más rápido.

Eso también debía estarle gustando a Saitama, pues pronto Genos se dio cuenta de que estaba moviendo la cadera contra su mano. Así que no tenía planeado parar por el momento, ansiaba ver más de aquellas reacciones que estaba mostrándole Saitama.

Estaba ya demasiado enfrascado en ello, por eso le resultaba difícil dejar lo que hacía para hacer lo que se suponía que debía hacer, que era detenerse un momento y ponerse de pie.

-...Si, si...-susurró como respuesta contra sus labios, claro que podía llegar hasta su dormitorio, eran solo unos metros, unos cuantos pasos. Separarse un poco, separarse de su boca. ¿Porque eso parecía tan difícil de pronto? Su cuerpo no quería parar, pero se obligó a hacerlo. Ver a Saitama sonreirle de esa manera no se lo facilitaba, era cautivante solo mirarlo.

Incluso aquel gesto de que le acomodara la ropa interior tenía el efecto de que quisiera continuar con lo que hacían ahí mismo, en ese instante, solo porque las manos de Saitama seguían tocándole y su piel estaba muy sensible a su tacto.

Genos se acomodó lo mejor que pudo el pantalón, se apoyó con una mano en la encimera para levantarse, la otra la tenía en la cintura de Saitama, así cuando ambos estuvieron de pie, deslizó la mano hacia su espalda de nuevo, atrayéndolo de nuevo hacia él. Trató de controlarse, pero luego de unos cuantos pasos cedió a sus impulsos, le miró con ansias la boca, le besó la comisura, dejó sus labios presionados ahí un momento mientras su mano libre bajaba por el abdomen de Saitama hacia zona de su entrepierna, no tocó su miembro, pero acarició inisitentemente al rededor.

Que largo estaba siendo el camino a su habitación.

Pero estaba tan concentrado en Saitama que ni si quiera se dio cuenta de cuando por fin estuvieron ahí, no hasta que Saitama tomó sus manos y prácticamente lo tiró sobre la cama, lo que nomle molestó en absoluto, ni que se pusiera sobre él. Todo eso también se sentía bien. Jadeo de pura ansiedad mientras Saitama se le acercaba para besarlo de nuevo. Lo besó desesperado, sus manos en sus costados, una de ellas deslizándose bajo la camisa. Sintió metal, y sintió también la lisa textura de aquellas partes con material negro, suave como piel.

-Ahh, Saitama...- enterró los dedos en el material negro al sentir una nueva oleada de excitación cuando Saitama empezó a besarle el cuello. Su piel volvió ha erizarse. -Eso me gusta.- murmuró. Movió su cadera cuando sintió su mano cerca de su miembro. Si, quería nque lo tocara de nuevo, lo estaba necesitando. El roce de la tela de la ropa interior lo hizo estremecerse.

Y luego por un momento su mente volvió a dudar, cuando Saitama le hizo aquella pregunta. Lo miró mientras lo pensaba. Lo cierto era que no sabía exactamente que hacer, solo la vaga idea, y los impulsos que lo iban guiando.

Se incorporó ligeramente sobre el colchón, apoyándose en sus codos. Decidió que confiaría en lo que su propio cuerpo le iba diciendo, eso parecía estar funcionando.

-Creo que si...- estiro el cuello para besarlo y mientras lo hacia lo rodeó con los bazos y giro sobre el hasta hacerlo quedar en el colchón, y el encima. Acarició sus costados, hasta sus caderas, bajó el pantalón hasta que el miembro de Saitama quedó expuesto. Genos se acomodo entre sus piernas y volvió a buscar su mirada.

-No estoy del todo seguro, asi que si hago algo mal, o quieres que haga algo en especifico ,dime, por favor.

Fue agachándose lentamente, esta vez no iba a dejar que sus pensamientos lo interrumpieran, su cuerpo quería aquel contacto, puso los labios sobre el material negro en su vientre, dejó un pequeño beso ahí y esperó un según antes de volver a hacerlo, un poco más abajo, otra vez de nuevo hasta que tocó la punta del miembro con su labio inferior. Se relamio y al hacerlo su lengua alcanzó a tocar la erección. Siguió con los besos, desde la base, toda la extensión hasta la punta, suaves roces con su labios. No resistió la tentacion de levantar la mirada para buscar la de Saitama. Lo sujeto con una mano y se atrevió a lamer la punta con un lento movimiento.

-¿Se siente bien?

No tenía la idea de que despertar el deseo de Genos fuera algo difícil de controlar.

Normalmente cada movimiento es calculado y razonado pero ahora hasta una corta caminata a su habitación se volvieron torpes pasos entre guardar el equilibrio para avanzar y tener a Genos encima, sin poder quitar las manos de encima o sus labios.

No era que se quejara pero por poco no avanzaban más allá del pasillo como Genos le siguiera tocando por encima de la ropa y no directamente.

Fue por esa misma ansia por la que lo llevó a la cama de esa manera.

Si tuviera poros su camisa estaría empezando a empaparse de sudor.

Arqueo la espalda bajo su mano, descubriendo lo sensible que puede ser con unos cuantos dedos presionados o lo mucho que le gustaron los besos en el cuello a Genos.

Tuvo especial cuidado de no morderlo o succionar su piel y dejarle alguna marca. Sabe que puede verse mal debido al trabajo que tiene, especialmente en el cuello que es donde delata perfectamente qué ha pasado.

Mismo cuidado que tuvo de volver a sujetar su ereccion y de frotarlo despacio solo para distraerlo momentáneamente.

Si Genos no sabia que hacer él no tenían problema en guiarlo o en hacer todo el trabajo. Pero si acaso aún deseaba hacerlo todo por su cuenta y mantener el dominio entonces no iba a hacer nada más que cooperar y esperar.

No se negó a sus besos de nuevo, habiéndose distraído cuando le puso contra la cama.

Dejó los brazos a a los lados y elevó un poco las caderas para que se le sea fácil bajar su pantalon. Y en sí se los termino quitando con unos movimientos con las piernas hasta que se perdieron al costado de la cama o quizás en el suelo, no le importa realmente.

Lo que de verdad tiene su atención es Genos. No cree que haya manera de que pudiera hacerlo mal.

- Tranquilo, soy paciente.

Y si había prisa para acabar antes, ahora solo quiere prolongarlo.

Separó las piernas, cerrando los dedos sobre la manta tras su inocente beso sobre su vientre. El único pues los que siguieron llegaron a su ansioso miembro junto con su lengua.

- Hnm... -Se sonrojó un poco más, era casi algo tortuoso de ver y sentir.- Se siente rico de hecho. -Se muerde el labio inferior y se apoya en sus codos.

Lo está disfrutando bastante, esa señal le dio más gusto pues a su parecer estaba funcionando o quizás solo estaba algo nublado por el deseo.

Los labios de Genos fueron capaces de arrancarle gemidos con solo besarlo y ahora está más que ansioso por descubrir qué más puede hacerle cuando vuelva a sentirlo en una zona tan sensible.

- Ah... -Entrecierra los ojos, hundiendo los dedos sobre el colchón.- ¿No deseas tocar algo más? -Levanta una ceja con una ligera sonrisa. Se le hizo muy fácil levantarse un poco para deshacerse también de su camisa.

Está seguro de que Genos no le logró ver por completo así que ya que estaba la ocasión es una buena oportunidad para que se familiarizase.

Simplemente habría podido quedarse tendido en la cama, dejando que Saitama continuara tocándolo, que continuara con aquellos besos húmedos en su cuello, donde la piel parecía tener una sensibilidad especial y se erizaba hasta la nuca de puro placer. Habría podido hacerlo y lo habría disfrutado mucho.

Pero a esas alturas el calor que se había desatado dentro de él le exigía mucho más que sólo quedarse quieto. No podía refrenar su deseo de tocar a Saitama, de buscar estar tan cerca de su cuerpo como pudiera, de sentirse moviéndose contra él.

Y no sabía con exactitud lo que hacía, pero quería descubrir más, que más podía hacer que le gustara a Saitama y que produjera en él aquellos increíbles sonidos que salían de su boca.

Mientras se acomodaba entre sus piernas tuvo que hacer una pequeña pausa cuando Saitama terminó de sacarse el pantalón.

Era imposible que no quisiera mirar sus piernas expuestas, ahora tan de cerca, ahora que podía tocarlas. Deslizó ambas manos por sus muslos antes de comenzar a dejar besos alrededor de su miembro y luego sobre él.

Mientras lo lamía una de sus manos todavía se apretaba alrededor del muslo.
Con sus labios rozando su erección, le sonrió. No había podido contener su satisfacción al escuchar que le gustaba como se sentía lo que estaba haciendo.

Además, aquella resultaba una vista increíble. Saitama tenía enrojecido el rostro, y se mordía los labios. Y lo estaba mirando. Resultaba muy excitante pensar que le miraba mientras lo recorría con su boca.

Cerró los ojos para concentrarse y lamió la extensión de arriba abajo para humedecerlo antes de poner sus labios alrededor del glande. Se quedó unos momentos así, presionando los labios y la lengua contra la punta, y luego muy lentamente fue introduciéndolo completo a su boca, dejando que rozara contra su lengua.

Se detuvo de nuevo cuando lo escuchó hablar otra vez, abrió los ojos para alcanzar a ver como se quitaba la camisa. Por unos segundos no pudo apartar la mirada de las placas de su pecho, de su abdomen completamente expuesto, la línea de su cintura.
Sabía que debía continuar, pero a fin de cuentas iba siguiendo a sus impulsos, así que apoyó las manos en el colchón para incorporarse lo suficiente para poner sus labios en la base de su cuello, una mano recorriendo su costado, y la otra todavía atendiendo su miembro.

—Si quiero. — dijo, mientras recorría todavía con su boca las placas de su pecho, luego trazó una línea húmeda con la lengua entre ellas, hacía el abdomen. Soltó su miembro para poner ambas manos alrededor de su cintura, presionando con sus dedos sobre el material suave, y dejando rastros húmedos con hasta volver a bajar a su miembro, el se llevó de nuevo a la boca.

Recordando como lo había hecho Saitama, lo presionó entre la lengua y el paladar mientras lo pasaba hasta el fondo.

Lo que fue un error.

Bueno, era la primera vez que lo hacía, y no había considerado los reflejos de su garganta. Tuvo la sensación de las arcadas, que se pasó casi de inmediato cuando lo sacó de su boca, aunque los ojos se le habían puesto húmedos.

—Lo siento. —murmuró muy apenado dirigiéndole una rápida mirada, se aclaró la garganta y volvió a poner sus labios alrededor del miembro, haciéndolo entrar, esta vez más lentamente.

Pudo sentirlo cerca del mismo punto que hacía unos momento le había impedido continuar, pero no se detuvo, fue acercándolo, dejando que el glande frotara la parte suave de su garganta, acostumbrándose poco a poco a la sensación.

No iba a detenerse. Saitama si estaba siendo paciente con él, pero no quería que tuviera que serlo. Quería hacerlo sentir bien, como había hecho con él.

Lo sacó de su boca unos segundos, lo recorrió con la mano un par de veces de arriba abajo, sintiéndolo totalmente húmedo de su propia saliva, y volvió a introducirlo a su boca. La otra mano se había quedado en la cadera de Saitama, pero la fue moviendo lentamente de nuevo hacia su cintura, hacia su espalda y luego la bajó tanto como pudo hacerlo siguiendo la línea de su cuerpo hasta donde el colchón se lo permitió.

Continuó sacándolo y metiéndolo, cuando lo deslizaba fuera de su boca apretaba la punta con los labios.

Su propio miembro estaba pidiendo atención y causaba molestias, pero quería concentrarse en lo que estaba haciendo.

Bajo el camino de las palmas de Genos, él fue levantando un poco las piernas para que pudiese sentir sus muslos, así como se fueron separando para darle a Genos todo el espacio que necesite.

Sus piernas iban separándose cada vez más a cada lamida. Eran pequeños tirones de los cuales no tenía el control y lucho menos con su lengua y labios trabajando de esa manera.

No suele ser de muchas palabras, pero en esa situación es muy difícil mantenerse callado. No cuando los gemidos le están subiendo por la garganta solo para ser liberados como suspiros y jadeos.

Cuando le beso el cuello tuvo el impulso de sujetar su cabeza y que no se separara de este, pero su cuerpo tenía otra urgencia de la cual necesita de esos labios.

Tembló un poco al sentirlo bajar desde su pecho. No pensó que besar metal sea algo que alguien pudiera encontrar atractivo.

- ¿Te gusta lo que ves?

Murmura antes de que sus propios gemidos vuelvan a callarlo una vez se sintió alojado en su boca de nuevo.

Cuando sintió la garganta de Genos cerrarse alrededor suyo se arqueo y le hizo levantarse un poco pues detectó que quizás fue my pronto noquea pasárselo entero.

- Nnhh... ¿E-estas bien?

Se relamió los labios y se apoyó sobre los codos para verlo. Para Genos lo habrá sido muy agradable pero para él fue una presión deliciosa.

Misma que empezó a volver. La entrada lenta fue más tortuosa de lo que recuerda.

Tuvo que sujetar con fuerza las sabanas y flexionarla las piernas para evitar cualquier impulso de mover la cadera y romper la concentración de Genos. De volver a provocarle una arcada sabiendo que su garganta funciona muy diferente a la suya.

- G-Genos...

Dejó caer el cuerpo sobre la cama, sin poder seguir viéndolo. Tampoco podía mantener los ojos abiertos por mucho que quisiera.

Tampoco es que Genos le dejase hacer mucho movimiento cuando estaba acostado e inmovilizado. Ahora empezaba a sentir que le gustaba que Genos tuviera el control sobre él, permitiendo que lo vaya empujando al límite de esa manera.

- C-como sigas a-ahh... Así voy a... Voy a...

Cerró con fuerza los ojos. No habría problema si termina, en poco tiempo puede reponerse para obtener lo que quiere de Genos pero prefiere preguntar antes.

No sabe cuáles son las preferencias de Genos en esos casos y ahora lo que cuenta es complacerlo. Después de todo... Es su amo.

Se guiaba con las reacciones des Saitama para saber si lo iba haciendo bien. Era muy fácil darse cuenta de que lo disfrutaba, por como se movía, por como su cuerpo cedía a lo que quería hacerle, lo que avivaba más las ansias de descubrir más formas de excitarlo. Empezaba a resultar adictivo.

Mientras besaba su cuerpo, en su camino de vuelta hacia abajo, se detuvo un instante para mirarlo.

-Me gusta mucho.-murmuró con sus labios rozandolo,respirando pesadamente contra su vientre cuando lo escuchó gemir. -Me encanta.

De tener tiempo se habría detenido para admirarlo a detalle, terminar lo que había empezado en la tienda de pijamas, saciar por completo su curiosidad recorriendo cada palmo de su cuerpo. Pero no podía detenerse en eso ahora.

-A ti¿Te gusta que te vea así?-  ¿Se daba cuenta de la avidez en la mirada de Genos al observarlo?

Solto su aliento caliente sobre el miembro de Saitama justo antes de volver a ponerlo en su boca.

-Si... Fue descuido, perdona, no volverá a pasar.-no se permitiría ese error otra vez, iba a hacerlo bien, quería que Saitama siguiera gimiendo para él.

Aprovechó el momento en que Saitama dobló las piernas para pasar una mano bajo uno de sus muslos. Continuó succionando el miembro, comenzaba a tomar un buen ritmo, masajeaba la base con la otra mano mientras el largo se deslizaba ahora con mucha más facilidad dentro de su boca.
Volvió a mirar hacia arriba cuando le escuchó decir su nombre de esa manera, pero Saitama estaba acostado y no podía ver su rostro. Le habrían gustado verlo, pero no iba a detenerse por eso, al contrario, quería mantenerlo en ese estado, deshaciéndose en gemidos.

-Hazlo.-dijo en el breve intervalo mientras lo sacaba de su boca para volver a deslizar sus labios por el largo hasta el glande. Fue para lo único que interrumpió lo que hacia.

Por supuesto sería la primera vez que le permitiría a alguien terminar en su boca, y en ese momento estaba completamente convencido de que quería que lo hiciera.

Si, eso quería.

Soltó la mano que todavía tocaba su miembro y la puso bajo la otra pierna, deslizó amabas manos por la parte posterior de sus muslos hacia arriba, poniéndolas bajo su trasero para levantarlo y hacer que las caderas de Saitama se movieran al ritmo que su boca marcaba, rápido y contante, a momentos bajando la velocidad un poco solo para empujarlo más adentro, más profundo, el glande presionado contra su garganta.

El resultarle atractivo visualmente le hizo sentir extrañamente bien. No porque le subiera el ego ni nada parecido, sino porque es un alivio que le hallase de esa manera siendo su diseño poco común y para gustos adquiridos,

- Me halaga.

Y en parte siente algo de vergüenza de percatarse la manera en que lo estaba devorando con la mirada en ocasiones. Antes no se habría dado cuenta y realmente no le importa si se le quedan viendo o no pero en el calor del momento, aquellos ojos eran más evidentes.

- Genos, no tienes que disculparte por… -Tuvo que parar para respirar, incluso halar se torna muy difícil con tanta ansia y espera.- Por algo así.

Ya no sabe ni qué hacer con las manos. La sábana ya está lo suficientemente arrugada y no le ofrece tanto consuelo, además de que el estar inmovilizado también le desespera pero no puede hacer mucho para cambiar eso.

Igual deseaba verlo, ver cómo le hace lo mismo que él mismo le hizo minutos atrás en la cocina pero Genos tiene ahora la oportunidad de tocarlo más de lo que Saitama pudo tocarle a él.

La sensación de alguien tocándolo en zonas tan delicadas le parece tan nueva y aun así puede ser experto en decir que lo está haciendo de maravilla.

- S-si… -Gimió algo tembloroso y bastante a gusto con la respuesta.

Si es lo que desea, no va a refrenarse solo por estar dentro de su boca aunque una vez que Genos le tomó del trasero para hacer que se mueva perdió la concentración de lo que estaba reteniendo.

- G-Genoss.

Negaba con la cabeza, en verdad que no puede aguantar ni un momento más por mucho que deseara prolongarlo. La presión que sintió en su zona baja y el cosquilleo que le recorrió hasta la espina le hizo retorcerse hasta el punto de arquear la espalda y tensar las piernas. Su mandíbula luchando por mantenerse cerrada pero no lo logró, la dejó caer al mismo tiempo que sintió los fluidos abandonar su cuerpo y pasar directamente a la boca de Genos.

- ¡A-ah! -Abrió bastante los ojos y echó la cabeza hacia atrás, gimiendo cada vez más alto.

En algún momento dejó de apretar las sábanas para apretar la cabeza de Genos contra su cadera, sin dignarse a soltarla hasta que la sensación le dejó sin fuerza y se mantuvo en ese limbo donde está atontado y aun sintiendo pulsaciones que le deja el cuerpo relajarse. Donde dejó caer los brazos a los lados al igual que las piernas.

Lo único que aun no podía calmarse de todo fue su respiración que intenta recobrar el aliento perdido.

- Lo siento por eso.

Murmura agotado y con los ojos cerrados, aunque pudo abrir solo un ojo para ver la cara de Genos mientras siguiera cerca.

Sonrió con los labios contra su cuerpo.
¿Que le halagaba? Bien, quería hacer mucho mas que eso, se consumía de ganas de dejar en claro cuanto realmente le gustaba mirarlo, y tocarlo, su cuerpo en general,  era espléndido.
Ya lo pensaba desde antes de que empezaran aquello en la cocina, ya desde la noche pasada pensaba que su diseño era interesante, capturaba su atención, pero lo que sentía ahora, mientras lo tocaba tan íntimamente, mostrándose así para él, resultaba deseable de todas las formas posibles.

Encontraba muy placentero escucharle pronunciar su nombre así, más aún por saber que era lo que él estaba haciendo lo que lo afectaba así.

No iba a parar hasta hasta hacerlo terminar, con sus manos sosteniéndolo con firmeza lo llevaba profundo, cada vez mas rápido, y entonces asintió que su boca se llenaba, el cuerpo de Saitama se tenso un momento y de pronto sus manos estaban sobre su cabeza, empujándolo más contra su miembro Genos no tenía intención de soltarlo tan pronto mientras aun sentia el espeso liquido en su  boca, pero estaba esforzándose en que la presión del glande de Saitama contran su garganta no le provocara arcadas de nuevo, así que en cuanto sintió que Saitamase relajaba y lo soltaba, lo sacó de su boca mientras tosía. Había intentado pasarse todo, pero todavía había bastante de aquel fluido mezclado con su propia saliva, resbalando por su boca y mentón, escurriendo sobre su entrepierna.

Lo soltó por fin, apoyó las manos en el colchón para incorporarse y quedar sentado, todavía en el espacio entre sus piernas. Se quedó mirándolo mientras recuperaba el ritmo de su respiración. Así recostado , con los ojos cerrados y el rostro relajado, lucía verdaderamente lindo.

Genos negó con un movimiento de cabeza al escucharlo decir que lo sentía.

-No lo hagas.- dijo en voz baja sintiendo una leve irritación en la garganta, se pasó la mano para limpiarse el rostro. Se miró los dedos un momento y antes de llevarse el índice y el dedo medio a la boca para probarlo de nuevo, no había podido resistir la curiosidad, pues mientras se atragantaba no se había enterado del sabor.

-¿Te sientes bien?

Se le veía muy cómodo, no queria tener que interrumpirlo mientras descansaba a pesar de que el todavía tenía el miembro pulsando de necesidad, y ahora su atención y volvía a enfocarse en eso, se llevó una mano a la erección, tocándola desde la base sin atreverse a tocar la punta todavia, teniendo que si lo vaciar se correría en ese momento.

Volvió a inclinarse hacia Saitama recargando la frente contra su abdomen, dejando un beso sobre él antes de soltar un pequeño gemido que trató de ahogar. Volvió a levantarse.

-Está bien si quieres descansar ahora, yo puedo encargarme de esto.

Abrió ambos ojos cuando notó que le escurría todo por la boca hasta el mentón. Se extrañó de que no lo encontrara desagradable y aun más de que lo decidiera probar de sus propios dedos. Ante ese movimiento se relamió los labios, recordando lo que estaba buscando de Genos.

- Hnm… -Asiente despacio, aun se encuentra en un estado de relajación. Es un cansancio que le ha venido después de que el climax desapareciera.- Muy bien en realidad.

Su cama ahora luce mucho más cómoda de lo que era antes. Cerró los ojos otra vez, en unos momentos habría que moverse para continuar, no ha olvidado que Genos necesita su atención.

Llevó la mano hasta su cabello cuando estuvo cerca, casi tocando las hebras cuando Genos se movió así que apartó la mano cuando le sintió moverse.

- No. -Negó con la cabeza y abrió ls ojos, apoyándose de las manos para sentarse.

Necesitaba que Genos se libere para aclararse la duda y tal vez reparar su falta de apego a él.

- Esto es lo que necesito. -Colocó la mano sobre el largo de su miembro que no alcanza en su mano, teniendo cuidado de no presionarlo mucho.- ¿Recuerdas?

Ladea la cabeza, notando una solitaria gota yéndose hacia su cuello. La curiosidad se despertó en él también y se acercó lo suficiente para lamer su cuello hasta la quijada. Lamiendo el camino donde su supuesta “semilla” había manchado la piel de Genos.

- Hmm… Puedo seguir cuando quieras. -Se detuvo un momento para susurrar.

Su mano libre jalaba hacia abajo la camisa que no le logró quitar del todo al principio. Quería sentir de nuevo las pequeñas cicatrices a lo largo de su piel.

- Y como quieras.

Es versátil, está más que listo para lo que Genos decida hacer.

-Ah, me alegro.- murmuró mientras todavía estaba recargado contra su cuerpo, contento de saber que Saitama se sentía bien luego de aquello. -Entonces ¿Fue lo suficientemente bueno? ¿Lo hice  bien? ¿Estas satisfecho?- le parecía que le había gustado, pero quería saber su opinión, saber si había hecho un buen trabajo complaciendolo,  a pesar de la torpeza.

Se pasó la lengua sobre los labios para terminar de limpiarse  los restos que pudieran haber quedado, y no podía apartar la vista del espectáculo que le resultaba Saitama mientras descansaba, y mientras lo observaba seguía tocándose,  había nuevas punzadas  extendiendose desde su vientre, los músculos muy tensos.

Se estremeció cuando Saitama volvió a poner la mano sobre su miembro, había extrañado esa sensación, respiró profundamente disfrutando del contacto con su mano aunque Saitama no estaba tocándole con toda la intensidad que estaba deseando, tenía ganas de que hiciera eso que había hecho hacía un rato, con los dedos presionando directo sobre su glande. Se mordió el labio inferior y asintió.

-Si, sé que eso es...lo que estás buscando, pero yo podría...- iba a decir que podia terminar por su cuenta y despues Saitama podria tomar lo que necesitaba, pero se sonrojo de solo pensarlo, pero se sintio aun mas exitado, impaciente. No fue capaz de completar la oración. Puso una mano sobre la de Saitama, para hacerlo apretarla sobre la erección, e hizo hacia atrás la cabeza, levantando el rostro y entrecerrando los ojos mientras la lengua de Saitama le recorría el cuello. Cuando llegó a su quijada no pudo reprimirse más y volvió a buscar sus labios, la humedad de su lengua, jadeo contra su boca, pegando su cuerpo a Saitama, moviendo la cadera contra el siguiendo los impulsos exigentes de su cuerpo que no quería esperar más.

-Ahora... Sigamos ahora, por favor.- quería continuar en ese mismo momento, ya que Saitama se había levantado.

Cuando sintió que intentaba tocarle la piel bajo la camisa él mismo se la jaló lo más rápido que pudo para terminar de sacarla y la lanzó a algún lado para continuar besándolo sin ninguna reserva. Puso sus brazos alrededor de él, acariciando su espalda desde la curvatura de la parte inferior hacía arriba, notó enseguida la forma de sus vertebras y fue recorriéndolas con las yemas de sus dedos.

Entre abrió los ojos para mirarlo mientras la punta de su lengua se deslizaba contra la suya.

-¿Como quiera?

Bajó el rostro para empezar a besarle el cuello mientras trataba de definir que quería. Lo que su entrepierna pedía era que esas atenciones ya no se detuvieran.

-Si seguimos así... Terminaré pronto.- con eso le bastaba mientras siguiera tocándolo y besándolo.

- Genos… estuvo bien, en serio. -Suspiró, demasiado cansado como para replicarle algo más.- ¿Querías que gimiera más?

Quizás le guste el ruido, aunque le pareció que fue lo suficientemente escandaloso ahora que lo piensa.

- ¿Quieres terminar solo?

Levanta una ceja, realmente no le parece que quisiera hacerlo todo él después de todo lo que tuvo que trabajarlo desde la cocina. Además, preferiría el contacto directo a tener que tomarlo después de que Genos terminara.

Cuando le tomó la mano obedeció y lo sujetó con más fuerza, animando a mover la mano de arriba a bajo con velocidad moderada hasta que sintió sus caderas moverse. No fue difícil coordinar los movimientos de su mano con la cadera de Genos, su pulgar presionando muy leve su glande pues temía provocarle un orgasmo así como así.

Levantó el rostro al ser atrapado por sus labios, ambos parecen estar sin aliento ya pero no se echó para atrás.

- Hmm… -Asintió despacio a su petición. Llevando las manos enseguida a su espalda cuando su camisa se apartó de su piel.

Arqueó la espalda sin pensarlo an sentir que tocaba sus vértebras. Él mismo no pudo sentir del todo las de Genos por encima de la piel pero sí pudo notar las hendiduras de las diferentes cicatrices en él.

- Como quieras.

Sonrió un poco y ladeó la cabeza, dejándole más espacio para besar y moverse.

- Pensé que tendrías más estamina.

Ambas manos ahora las tiene presionadas contra los omóplatos de Genos, para ello tuvo que soltar su erección pues ahora estaba demasiado apegado a su cuerpo como para mover la mano libremente, además de que incluso él mismo no dejaba que terminase así como así.

- ¿Seguro que quieres terminar así?

Usó una de sus piernas para atraer la cadera de Genos hacia la suya y se sostuvo de sus hombros. Le usó de apoyo para poder mover su cadera en contra de la suya y rozar su dureza contra él.

—Ah.

Una nueva sonrisa se le escapó al escucharle decir que había estado bien.

—No…—respondió a la pregunta acerca de los gemidos. Y luego lo pensó un poco. —Sí. —porque Saitama había estado más que bien, pero después de haberlo escuchado pensaba que no podría cansarse de escucharlo gemir más. Miró su boca.
Luego negó con la cabeza lentamente mientras Saitama iba acercándose a su cuerpo.

—No, pero creí… que querrías… tomar un descanso…—las palabras se fueron apagando en su boca mientras Saitama lo tocaba, y se olvidó por completo de lo que estaba diciendo cuando ocupó sus labios en seguirlo besando.
No, definitivamente no quería terminar eso él solo, estaba necesitando sus atenciones, y ahora que había vuelto a ponerle atención no quería renunciar a eso.

Apretó los labios contra su cuello, luego los entreabrió para tocarlo con la punta de su lengua, recorriendo el material negro que resultaba de un tacto casi sedoso contra su boca.

Muy apenas logró resistir las ganas de morder sobre él, por si dejaba alguna marca que después no pudiera quitarse, en lugar de eso lo abrazó más fuerte. Al mismo tiempo sentía sus manos en la espalda y su piel se estremecía placenteramente por dónde sus dedos pasaban.

Le gustaba la sensación de tener sus brazos al rededor, a pesar de que eso implicaba que su mano no continuara con lo que hacía en su entrepierna, aunque estando tan juntos era inevitable que su miembro rozara en el cuerpo de Saitama de tanto en tanto, lo que seguía estimulándolo apenas lo suficiente para mantenerlo en ese estado de desesperada necesidad.

—Ah… ah… ¡Nghh!

La forma en que Saitama se había acomodado había conseguido que de pronto quedara completamente pegado contra su pelvis, entonces la sensacion ya no era solo de un leve roce, si no que el largo de su miembro termino frotandose contra el, lo que se sentia excelente. Volvio a mover las caderas, buscando repetir esa fricción, una y otra vez.

Pronto no fue suficiente, así que sus manos bajaron hasta la cadera de Saitama, siguiendo el ritmo de su movimiento para llevarlo aun más contra si mismo si era posible, buscando más de esa presión entre sus cuerpos.

Estuvo cerca de perder el equilibrio por los movimientos intensos, y porque Saitama estaba sosteniéndose de él, así que uso una mano para apoyarse en la cama y lentamente fue empujando a Saitama hacia el colchón mientras tenía el rostro hundido en el hueco de su cuello, luego fue deslizando los labios por la línea de su quijada, todavía moviéndose contra él, su otra mano bajando de su cadera hacia su pierna.

—Nh... Quiero...—lo besó y al separarse se quedó a poca distancia de su rostro, mirándolo a los ojos. Lo que quería era algo que nunca pensó que iba a pedir, pero en ese momento ya le resultaba imposible contenerse. La mano que tenia en la pierna de Saitama de movio hacia el interior del muslo, presionandocon los dedos el material suave en esa parte, luego acaricio su miembro, pero su mano siguio moviendose mas, hacia abajo, entre sus piernas, dudo un momento antes de que sus dedos encontraran lo que buscaba, alzo las cejas como sorprendido, pero suponia ya que estaba completamente equipado para ese tipo de situaciones, como la mayoria de los Pets. Sin dejar de prestar atencion a las reacciones de Saitama, paso las puntas de los dedos con mucha suavidad sobre su entrada— ¿Esta bien? Tu ¿Quieres...?—

Movió las yemas de los dedos en pequeños círculos. Sintió su propio miembro tan endurecido que dolía y eso lo animó a presionar más, introduciendo las puntas todavía haciendo el movimiento circular. -Ah...estás...- estaba húmedo. Lo miró extrañado, pero la sensación que le daba en la mano no era desagradable en absoluto, era suave y caliente.
Introdujo más los dedos, acariciando el interior, pero los sacó casi en seguida y uso esa misma mano para volver a tocar su propio miembro. Luego separó las piernas de Saitama un poco más. Era la primera vez que hacia aquello pero tenía la idea de que deja hacerse, y aunque aun había alguna pequeña parte de el que no se sentía del todo segura de lo que hacía, su cuerpo como esperaba le iba indicando lo que quería de Saitama.

Respiraba sobre su rostro mientras acomodaba la cadera entre sus muslos , la punta de su miembro contra la entrada.

Le indicó con la mirada que iba a hacerlo. Se estremeció de pura anticipación.

¿Sí? Bueno, puede trabajar en eso pero realmente depende de Genos. No es que vaya a fingir ni nada pero puede desatarse un poco más si ruido es lo que quiere.

- “Uso rudo” ¿recuerdas? -Rió un poco y negó con la cabeza.

Descansar no es una opción. No estando a estas alta en las que está tan cerca de obtener lo que desea, necesita.

Se estremeció un poco de sentir caminos de saliva por su cuello, al igual que cuando sintió los brazos de Genos cerrarse con fuerza alrededor suyo.

Se dio cuenta de que encaja perfectamente entre ellos.

Hizo todo lo que pudo para continuar moviendo, de seguir frotando su largo contra su vientre y ocasionalmente dejando que ambos miembros tocaran, lo cual le arranca algunos suspiros por el gusto. Aún siente sensibilidad por el pasado orgasmo pero poco le basta para reponerse y regresar al estado de antes.

Se dejó caer sobre el colchón de nuevo, rehusándose a soltarlo del todo hasta estar perfectamente acomodado. La sensación de sus labios sobre su quijada le hizo echar hacia atrás la cabeza de nuevo, llevando una mano al cabello de Genos para hundir los dedos en él.

Su pierna se levantó un poco al camino de su mano, así como sus labios siguieron el beso incluso hasta después que se separó para verlo a los ojos.

Mientras Genos le tocaba de nuevo, sus manos sostuvieron con más suavidad sus hombros. Se mordió el labio inferior al sentir que iba tocando más abajo.

No puso peros o intentó detenerlo, de hecho su primer reflejo fue separar un poco más las pierna para que pudiese tocarlo todo lo que quisiera. Pero eso no significa que no se fuera a sonrojar al contacto de sus dedos en su entrada.

- Hmhm… -Asintió despacio, no debería sentirse tan nervioso por na cosa así, menos si eso puede afectar a la seguridad de Genos.- Adelante.

Murmura hasta dejar salir otro gemido cuando sintió la pequeña invasión a su espacio.

- ¿Uhm?… -Suspira y asiente despacio, sin confiar del todo en su voz.- Es… Ngh. -Traga saliva, sintiendo que sus piernas tiemblan un poco. Esa área era bastante sensible y es muy consciente de la humedad.- Estoy equipado para lo que sea, ¿sí? -Cerró los ojos con fuerza. Esa es una característica bastante peculiar a su parecer pero no se avergonzaba de ella.

si así reacciona con solo sus dedos acariciando sus paredes internas, no se imagina qué va a pasar cuando sea algo más.

- Hahh… -Flexionó las piernas y abril los ojos para verle, puede sentirlo contra su entrada.- Hmm…

Se relame los labios, esperando a por lo siguiente. Esto era todo, ya puede sentir que es totalmente seguro que es lo que necesita y que iba a funcionar para poder cumplir con su función primaria.

Estaba listo.

Con lo de “uso rudo” no se había imaginado antes que se refería a ese tipo de actividades.
Mientras besaba su cuello pudo sentir las vibraciones de su risa a  través del material negro. Como siguiéndolas fue dejando un camino de besos hasta la garganta, y presionó los labios en dónde se sentían más la vibración mientras hablaba, o soltaba algún otro sonido.
Fue consiente de como Saitama movía la cabeza hacía atrás para darle más espacio mientras lo besaba en el cuello, cómo sus piernas se iban separando conforme avanzaba su mano. Estaba encantado por la sensación que le daba saber que Saitama quería que siguiera. Jadeo al verlo morderse los labios. Y luego se detuvo un momento al observar en su rostro que parecía haberse sonrojado, aunque con la iluminación que había no se distinguía del todo.
Se inclinó un poco más hacia adelante para tener un mejor ángulo de su rostro mientras lo tocaba y sus dedos iban introduciéndose lentamente.

Fue él quien debió morderse con fuerza el labio inferior para resistirse al impulso de comerle la boca a besos al escucharlo empezar a gemir. Resultaba irresistible escucharlo así, pero si lo besaba en eso momento no podría observar a detalle la maravillosa expresión que su rostro tenía.

-Extraordinario.-murmuró ante su respuesta acerca de estar equipado. Solo entonces no aguantó más y terminó inclinándose para dejar un beso rápido sobre sus labios al verlo cerrar los ojos.-Se siente increíble.-hundió los dedos hasta el tope en aquella tersa humedad.

Estaba muriendo de ganas de usar algo más que sus dedos para hacer eso. Estaba prácticamente temblando de ansias cuando acomodó su miembro contra su trasero, buscando su entrada, y luego con un empujón impaciente introdujo casi la mitad de su erección.

Apretó con las manos sobre las caderas de Saitama y terminó de deslizarse dentro con un gemido ronco escapando de su garganta al sentir la presión alrededor de su miembro, el calor envolviéndolo. Era tan abrumadoramente placentero que se quedó quieto un instante, solo sintiendo como su erección pulsaba violentamente.

-Saitama...-jadeo respirando contra su cara, buscando su mirada antes de volver a mover la cadera, volvió a gemir al sentir como se frotaba contra las paredes internas, atrás y adelante, no muy coordinado al principio, apenas acostumbrándose a la sensación, pero con su miembro ya demasiado estimulado pronto buscó más, empujando más fuerte dentro de él hasta sentir que su pelvis chocaba contra los glúteos de Saitama.

-¿Te gusta...Saitama?-quiso saber aunque él mismo apenas podía hablar por lo agitado que estaba.

A pesar de sus movimientos demasiado rápidos e intensos no sentía que fuera suficiente aún. Soltó sus caderas y puso las manos de nuevo en sus pierna, levantándolas en el aire, sosteniendo las mientras lo embestía. En aquel ángulo la fricción contra su glande era aún mejor, totalmente presionado contra el interior de Saitama mientras se movían. Así Genos siguió moviéndose rápido y con fuerza pero a un ritmo más controlado.
El calor le había perlado la piel de sudor.

Le habría gustado permanecer los ojos abiertos. Pudo detectar que a Genos le gusta mirar las diferentes expresiones que puede adoptar su rostro a cada estímulo y sus dedos no eran la excepción.

Se pregunta qué tanto puede cambiar su rostro para despertar la fascinación en Genos.

- ... Ay, Genos, s-solo es humedad.

Tiene que sentir una gran pasión por la ingeniería o algo que tenga que ver con la construcción. Para él el lubricante secretado no es más que eso, humedad. Siendo parte suya es muy normal pese a saber que no todos los días se encuentra un Pet con esa cualidad.

Pero que más da, está disfrutando de sentir sus dedos así como Genos lo está disfrutando explorándolo. Cuando estos abandonaron su cuerpo abrió los ojos y espero pacientemente. La presión en su entrada cedió tan pronto, creyó que Genos lo penetraria mucho más despacio que eso.

- Nghh... -se encogió de hombros.

Pudo sentir perfectamente cómo se abrió paso dentro de él, como expandió sus paredes internas y la manera en que su cuerpo le recibió sin problemas.

No sentía dolor alguno, sin embargo la sensación seguía siendo foránea. Fue algo muy distinto a besarlo o practicarle sexo oral. El sentirlo cada vez más adentro le hizo arquearse por más, así como sus ojos se abrieron más cuando le sintió completamente dentro de él.

- Genos...

Se sostuvo de las mantas, su cuerpo de adecuó rápidamente a su longitud y grueso, prácticamente sintiendo sus pulsaciones ir y venir.

Sus manos en las caderas no pasaron inadvertidas, tuvo el impulso de sujetarle las muñecas una vez que tomó más velocidad y constancia en sus movimientos.

- H-hmm... -levanto el mentón. Con una pequeña sonrisa le indicó que podía seguir cuanto quisiera. Después de todo, desde el principio se sentía muy bien y su cuerpo lo está aceptando sin problemas.- Genos... -Se relame, empezando a sentir la sensación de jadear y de liberar el calor que va acumulándose en su cuerpo.- Hmm... Me parece queeh... Huff... -Sintió las piernas temblar.- Que a ti te está gustando ma-ss que a mí...

Y claro que él lo estaba disfrutando. Se puede apreciar en la manera en que su quijada tiembla y deja escapar gemido tras gemido. Aunque Genos estaba alcanzando una buena profundidad siente que quiere pedirle mucho más.

Y Genos se le adelantó. Le soltó las muñecas cuando pasó a sostenerle las piernas y hacer que su cadera se eleve también.

Tuvo que agarrarse de las sabanas de nuevo pues sentía que se podía caer en cualquier momento.

- ¡Genos! -Gimió de nuevo, en parte por sorpresa.- ¡Avísame al menos!

Sonrío de nuevo, ahora podía sentirlo golpear un punto muy especial en su interior. La manera en que le estaba acariciando una zona altamente sensible, se sentía especialmente bien por todo el lubricante que acabó produciendo. Podía sentirlo caer en hilo hasta su trasero y probablemente hasta manchar un poco la cama.

- ¡Hahh... Ah!

En esa posición no tenía mucho para hacer. No cuando Genos prácticamente le dejo paralizado de esa manera. Dejó la mejilla presionada contra la almohada, intentando mantener el contacto visual, especialmente porque esa era una vista que merecía la pena.

Teniendo tan buena vista en la oscuridad tiene sus ventajas, entre estas poder a la perfección la piel de Genos, inclusive la fina capa de sudor que cubre cada músculo tenso en su abdomen.

Movió la cabeza para decir que no. Quería decirle lo mucho que le gustaba como se sentía, lo impresionado que estaba con su cuerpo, pero no fue capaz de formar las palabras.

Se relamió los labios cuando al deslizar los dedos fuera los sintió mojados de lubricante.

En verdad en otro momento le habría gustado tomarse el tiempo de ser más delicado con lo que estaba haciendo, pero en aquel punto era difícil contenerse más, su cuerpo hervía por dentro, impaciente, buscando el alivio.

Casi no había podido controlarse al sentir la punta de su miembro contra la entrada de Saitama, aún menos cuando pudo abrirse paso con tanta facilidad, percibió como el cuerpo de Saitama iba amoldándose mientras entraba, las paredes apretándose contra el largo de su erección, en ese momento ir lento no era una opción.

No cuando lo escuchó gemir de nuevo, no mientras decía su nombre y apretaba las mantas, y como se arqueaba, pasó una mano sobre su abdomen cuando lo vio hacerlo, lo acarició desde las placas del pecho hasta la base del miembro antes de volver a sujetarlo por las caderas para empujar dentro de él tanto como pudo hacerlo, deseando tocar un punto más profundo.

—Que bien… te… ves así…

Aferró los dedos sobre el metal de sus caderas cuando Saitama le sostuvo las muñecas.

Era impensable bajar el ritmo cuando con nada embestida lograba hacerlo jadear y gemir, suponía que entre más se moviera más podría escucharlo. Resultaba muy estimulante oírlo, también mientras hablaba entre jadeos, su voz quebrándose a momentos.

Genos lo miró entonces como si fuera algo extraño y sorprendente.

—Eso… eso también me gusta…ah… tu voz así…

Le sonrió cuando vio que se sujetaba de las mantas de nuevo.

—Lo siento…—jadeó. —Estaba… ugh…buscando una… mejor posición… Así está mejor…ahh…—acarició sus muslos antes de volver a embestirlo.

—Umhh…—era una excelente posición, y debía serlo para Saitama a juzgar por su sonrisa. Notó que mientras se movía debía estar tocando el punto indicado dentro de él. — ¿Eso… se siente bien para ti?

Quería escucharlo decirlo.

Esta vez disminuyó la velocidad, pero siguió haciendo intensos y profundos movimientos con la cadera buscando seguir tocando esa zona, empujando con su pelvis en movimientos circulares.

Le gustaba como Saitama tenía la mirada fija en él mientras lo sostenía así y se movía dentro de él.

—Saitama… ahh…ahh…

Los músculos de su vientre alrededor del miembro estaban contrayéndose, y de nuevo la sensación de que estaba cerca de terminar.

Por eso mismo tuvo la urgencia de volver al ritmo rápido. Soltó una de sus manos para volver a apoyarse en el colchón, aumentando el ritmo, el peso de su cuerpo logrando que siguiera yendo profundo.

—Saitama… S-Saitama…creo que voy a… ¡Ahhh!

Seguía mirándolo pero tuvo que cerrar los ojos, sintió como se tensaba su cuerpo justo antes de la intensa sensación de alivio que se extendió desde su entrepierna al resto de su cuerpo.

Arqueó la espalda un momento antes de dejarse caer sobre el cuerpo de Saitama, mientras recuperaba el aliento, respirando otra vez cerca de su cuello, todavía con los ojos cerrados.

Los entreabrió pesadamente mientras intentaba apoyar los brazos en la cama para moverse, pero se dio cuenta de que los sentía demasiado pesados.

—Saitama. —incluso sentía su voz débil.

El Genos que ve y siente ahora no tiene nada que ver con el Genos nervioso de la cocina. Sus movimientos tan seguros y precisos.

- A-ah... Ha ¿No quiere-... res una foto?

Sonrió de lado, la voz le traiciona bastante pues apenar puede formar las palabras sin que un gemido o jadeo de escapen de sus labios.

De jo ser porque Genos lo tiene bien sujeto de las caderas no las movería en afán de conseguir más fricción e intentar hacer que llegase más adentro de él.

Y ahora que sabe que su voz es un estímulo importante para Genos entonces lo siente muchísimo por sus vecinos. No realmente pues ni sabe si tiene o no, igual no es que pueda callarse.

Genos pudo manipular su cuerpo y acomodar a ambos de tal manera que es imposible no sentir placer en cada movimiento.

Desde el ángulo hasta la velocidad, todo iba perfecto. Está funcionando, ¿cierto?

Quería decir algo más pero su cerebro empezó a nublarse y las palabras dejaron de formarse casi por completo en su mente. Lo único que ocupa espacio ahora era quien lo estaba estimulando violentamente, sin dejarle descansar ni un segundo desde que se empezó a adueñar de su cuerpo.

- ¡Sí, sí, sí!

Y eso responde a su pregunta. Pero claro que era una buena posición, tanto para estimular todos los nervios en su interior y mandar todas esas reacciones a su cerebro. Como si fueran un montón de choques eléctricos cada que la cadera de Genos chocaba con fuerza contra él.

Cuando bajo un poco la velocidad le miro un momento, no porque fuera tanto un reproche sino porque quería saber ahora que tenía en mente. No pensó que un simple cambio de movimiento le hiciera dar un tirón de piernas y hacerle levantarse un poco con los codos para poder ver su rostro más de cerca.

En su expresión estaba escrito todo el gusto que le estaba dando.

Pero no pudo sostenerse así por tanto tiempo. Cuando empezó a sentirlo volver a moverse rápido cayó sobre el colchón y sus ojos y se cerraron con fuerza de nuevo.

Estaba por acabar y las pulsasen es de Genos lo hacían todo muy evidente.

- ¡Ah-ah! -Se retorció otro poco, llevándose una mano al cabello.- ¡Adentro! ¡No te salgas!

Negó rápidamente y le pidió desesperado. Era lo último que necesitaba y todo estaría sellado.

Cuando le tuvo cerca de nuevo se abrazó a él, sus piernas se asegurarlo de mantener la cadera de Genos cerca, inclusive sus paredes cerraban más alrededor de su miembro, queriendo impedir su salida una vez más.

- ¡Genos!

Fue lo último que pronunció cuando sintió un calor expandirse en su interior. Mucho más caliente que antes, lo estaba incendiando por dentro. El sentirse llenado de esa forma claro que activo algo, ese estímulo le hizo tener un segundo orgasmo que no pudo controlar. Se sintió cerrarse tan fuerte alrededor de Genos hasta haber obtenido cada gota dentro de él.

Fue mucha adrenalina en tan pocos segundos. Ambos terminaron rendidos y sin querer moverse.

Saitama sintió el peso encima suya y no hizo nada para quitarlo, ninguno podía hacer otro esfuerzo hasta después de un rato.

- Hmm...

Sonrío satisfecho, su cuerpo de sentía hirviendo aún pero fue igual de agradable el poder relajarse una vez que toda la agitación había cesado.

- ¿Estás bien?

Murmura y cierra los ojos, sintiendo un poco de calor escapando de su entrada.

La reacción debe ser inmediata o quizás debería esperar. Aún no está seguro.

—...Si.

Bueno, no estaba seguro de si decía enserio lo de la foto, pero no iba a mentir, de verdad le gustaba lo que veía, una fotografía habría estado bien. En especial con una sonrisa como esa, tan provocativa que lo hizo mover su pelvis con intensidad suficiente para empujar a Saitama sobre el colchón unos centímetros, tuvo que jalarlo hacia él sosteniéndolo de la cadera antes de continuar.

El cambio de posición había funcionado mejor de lo que esperaba, no solo por como se sentía, sino por la manera en que afectaba a Saitama, la habitación se llenaba de los sonidos que producía, no se estaba conteniendo y escucharlo resultaba intoxicante, Genos sólo podía pensar en que quería más de aquello, oírlo gritar otra vez lo bien que se sentía.

Lo mejor de todo era que aunque no se lo dijera con palabras, era fácil saber cuanto lo estaba disfrutando. Se podía adivinar en sus movimientos, en su mirada incitante.

Percibió el temblor de sus piernas cuando cambió de ritmo.

—Umhh...justo ahí... ¿Verdad? —susurro contra sus labios, apenas rozandolos cuando lo tuvo muy cerca de nuevo, antes de que Saitama volviera a desplomarse en el colchon, ofreciendole la visión de su cuerpo retorciéndose de placer.  Si, había encontrado el punto preciso , y estaba tocando una y otra vez, y podía percibir como su interior contraía al rededor de su miembro. Terminó dentro de él, percibió el calor de su propios fluidos llenándolo.

Y luego una absoluta calma que duró unos momentos antes devolver a notar el sonido de su propia respiración, los latidos de su corazón retumbandole en los oidos, y la voz de Saitama.

—Estoy bien. —respondio, volviendo a cerrar los ojos un instante, recargando el rostro contra el pecho de Saitama. — ¿Y tú?

Hizo un esfuerzo para apoyar el mentón sobre él para poder mirarlo al rostro, aunque el ángulo no era muy bueno y a él le estaban pesando los párpados.

Logró mover un brazo hasta apoyar la mano en el costado de Saitama, luego movió el otro para apoyarse en el colchón mientras se levantaba lo suficiente para dejarse caer a un lado. Sintió un estremecimiento recorrer!e la espalda al momento de salir de su cuerpo.

—Ahora si puedes descansar.—musito, apoyando la cabeza sobre el colchon, cerrando los ojos como si él que estuviera listo para tomar un descanso fuera él. —Eso se sintió muy bien, Saitama. Realmente bien. Eres muy bueno para esto...—abrio los ojos de nuevo para mirarlo. —Tu problema ¿Esta solucionado?

Luego de eso parpadeó y se quedó dormido por fin, con un brazo sobre el abdomen de Saitama, la mano todavía en su costado.
No pretendía quedarse adormido así nada más, pero el cansancio era demasiado.[/b][/b]