¡Vino por favor! [Priv. Poseidón]

Luego de aquél desastre del parque, tuvo una buena semana en que se portó bien, dónde su cuidador, al notar esa buena actitud quiso recompensarlo y qué mejor qué llevarlo de paseo hacia uno de los bares que él conocía, era clandestino, es cierto, pero era el único que podía ser de utilidad para que el pequeño pet probara el alcohol, sin embargo…

-Loki, no puedes ir así al lugar a dónde te llevaré… me pregunto si estará bien que te pongas algo más cubierto, no queremos que te confundan con algún trabajador del lugar- Y dicho y hecho, cuando pasaron por una tienda de ropa, terminó con unos pantalones grises con una camisa blanca de cuello rígido y desabrochado de los botones iniciales, corbata azul un poco floja, un chaleco de vestir negro desabrochado, un suéter gris sin botones y por último una chaqueta negra de bordes violetas, finalizando con unos botines rojos de solapa a cuadros dorado y negro con un poco de tacón que para sorpresa de su cuidador y de él, le había agradado pues era bastante cómoda y calientita, además que su modo de ver el término ‘cubierto’ era esto.

Una vez vestido, pagado y devuelto su otra ropa en la tienda, se fueron al dichoso bar que, para obvia sorpresa del demonio, vio que era un simple edificio cualquiera, ¿Qué pasaba aquí? Ya iba a preguntar molesto cuando fue metido al interior; era algo que solo en una retorcida mente estaría… Y le encantaba.- ¡Hoooh! ¡Este lugar es gigante y eso que por fuera luce como una fachada común y corriente!-Exclamó sorprendido y sonriente mientras se aguantaba cómo podía él no irse de aquí para allá haciendo sus diabluras así que se fueron a una barra dónde el cuidador, un joven de cabellos platinados y ojos color zafiro pidió un vaso de vodka para él y una copa de vino tinto para el pet pues era su primera bebida alcohólica y ¿Cómo iniciar que con un alcohol bastante suave?

Recibiendo la copa, se le fue enseñado cómo debía agarrarla y ya sabiendo, lo degustó con el olfato, sonriendo por su dulce aroma, probándolo y sorprenderse de lo bien que sabía; una exquisitez con cierta acidez y dulzor finamente mezclado finalizando con aquél toque de sabor a uva que le había llegado al final. Simplemente al terminárselo pidió un poco más de vino para felicidad del cuidador por la forma educada que la pidió.

Había pasado tiempo desde su compra, su dueño había desaparecido y estaba solo en casa como de costumbre, no se mostraba en lo absoluto melancólico o deprimido por ello, incluso se sentía mucho mejor solo gracias a su naturaleza, incluso al ser uno de los pets más caros pasando por alto los cristal, decidió salir a caminar un rato por el distrito a ver que conseguía, aferrado con su semblante serio a su tridente sin responder ninguna pregunta de las personas, solo pasaba, esquivaba e incluso empujaba cuando se incomodaba, odiaba sentir los ojos de seres inferiores sobre su cuerpo, le causaba gracias y mas que eso, le molestaba, por ello y sin darse mucha cuenta logro entrar, en su base de datos aquello parecía ser una discoteca quizá o un simple bar con música escandalosa que le molestaba, aun así camino a la barra sin mas, resonando sus pasos por los artículos de oro que llevaba y lo pesado que era su cuerpo de por si. -¿Qué el príncipe no sabe que no estamos en una fiesta de disfraces? Burlo un hombre a la lejanía, haciéndolo voltear a verle de arriba hacia abajo con repugnancia, siguiendo su camino cerrando sus ojos al ver a otro pet a lo lejos conocido, a la misma distancia en la que el hombre le había hablado sintió pasos veloces y el crujir de su mano con una botella...¿Que acaso pretendía golpearle con su asquerosa y sudada mano? Se cuestiono el gold, apartándose a un lado par que el hombre siguiera de largo y chocara contra una de las mesas, girando su tridente en el aire logrando dar un mínimo golpe en sus piernas sabiendo que por lo masiso del oro y lo pesado era una fractura asegurada.

Las mujeres gritaban e intentaban ayudar al hombre que solo gritaba las mil y un pestes mientras el seguía y al ponerse a un lado del Dios de las mentiras le vio de soslayo. -No pensé conseguirte en un lugar como este, ¿Paseas o simplemente haz venido a jugar con las personas? Pregunto, con ese tono autoritario y casi egoísta, pidiendo un tarro de cerveza aunque su sistema no le permitiera embriagarse, era bueno probar cualquier tipo de licor que los humanos y seres de otras razas tuvieran para su deguste, tomando una especie de menú de comida de barra sin mucho interés la verdad, todo se veía mal preparado aunque si le gustaba comer todo tipo de comida quemada que preparaba Barry, ¿Por qué no podría comer basura en la calle? -Tráeme alitas de pollo asadas en BBQ y también un par de hamburguesas. Pidió al de la barra que no paraba de detallar las gemas y rubíes de su traje y tridente, al igual que ahora detallaba al otro chico, dedicandole una mirada molesta para que se pusiera en marcha y dejara de molestar con su idiota presencia.

-A decir verdad, salí a caminar y esto es con lo primero que me encontré, la vida en la tienda era mucho más emocionante que estar comprado y pertenecer a alguien, las mascotas aquí son esclavas a diferencia de nosotros que somos una especie de "Mejores seres"... se interrumpió, para dar un largo sorbo a la cerveza cual si fuera simple agua o algún liquido vital para el cuerpo del robot. -En fin...¿Tienes planeado molestar a alguien o simplemente viniste a bailar? Pregunto, dando un corto resoplo sin dar más preguntas o ponerse a hablar mas de la cuenta, comiendo su pedido dejandole un hamburguesa al chico a su lado, preocupándose como siempre de su higiene limpiándose y teniendo cuidado de no manchar o hacer un desastre por todo lo que tenían los alimentos.