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Inay

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Inay Empty Inay

Mensaje por Inay Vie Ene 18, 2019 2:25 am

Apodo:
Es capaz de aceptar cualquier apodo mientras sepa que se refieren a él.
 
Nombre:
Inay
 
Edad Aparente:
26 Años
 
Raza:
Pet Canino [Zorro]
 
Fertilidad:
Fértil
 
Modelo:
02 y Defecto Capgras
 
Fugado:

 
Amo:
No
 
C.Sexual:
Seme

 
{D E S C R I P C I O N E S}

 
D. Física:
Inay tiene la apariencia de un hombre joven de 26 años bien cuidado. Si bien tiene un cuerpo estilizado, no es para nada femenino. Creado con la idea de imponer, llega a alcanzar una altura de 1'87 metros y posee un cuerpo acorde a su estatura. Fibrado, proporcionado y de tez clara. A pesar de tener una piel suave en la mayoría del cuerpo, se pueden notar pequeñas marcas de golpes y cicatrices, en especial en la espalda, donde son más abundantes.
Tiene unos brazos y piernas fuertes, hombros anchos y un torso musculoso, sin ser excesivo.
A pesar de su cuerpo masculino, no tiene vello de ningún tipo, ni siquiera facial.

Los rasgos más femeninos que encontrarán en Inay son los ojos, pequeños, rasgados y de un intenso color rojizo y el cabello, exageradamente largo, ya que llega por debajo de sus caderas. Este es blanco níveo, ondulado y bastante rebelde, por lo que suele llevarlo recogido en una cola de caballo para no molestar, aunque prefiere llevarlo suelto.

A diferencia de otros pets, Inay no posee la cola característica, pero si tiene dos largas orejas de zorro blancas. Por suerte para Inay, que no soporta sus orejas, con solo agacharlas estas se camuflan bastante bien. Solo aquellos que se fijen descubrirán que no son mechones de pelo.

Aunque suele cambiar de ropa con frecuencia, su conjunto favorito es indudablemente el traje típico japonés. Con un estilo similar al de los antiguos japoneses, el traje es básicamente un Kimono amplio amarillo y blanco y unas hombreras, antebrazos y sandalias negras.

 
D. Psicológica:
A pesar de tener un aspecto imponente para la mayoría, la verdad es que es bastante manso. Con una personalidad suave y protectora, muy protectora. Posee una mirada cálida y suele esgrimir siempre una sonrisa amable, tranquilizadora.

Está acostumbrado a sacrificar sus propios sentimientos a favor de que los de su alrededor estén a gusto, sanos y no se vean incomodados por nada. Debido a esto, en muchas ocasiones puede parecer que no tiene la capacidad de opinar, pero simplemente prefiere dejarse llevar por las decisiones de otros antes que imponer la suya propia.
Su deseo de no incomodar a nadie llega hasta tal punto que es difícil averigüar en qué piensa, ya que suele ocultarlo todo tras un rostro amigable.

Con una paciencia que parece infinita y unos modales bien arraigados, Inay es un perfecto guardián. Tranquilo, positivo y siempre dispuesto a ayudar. A pesar de tener una personalidad típica de un "Caballero", hay momentos en los que parece olvidarse de los modales. En las peleas contra otros Pets, en especial cuando está en desventaja numérica, se vuelve muy violento, llegando incluso a ensañarse con los restos aún cuando el peligro ya ha pasado. Lejos de sentirse orgulloso de esta agresividad, como le intentaron enseñar, se avergüenza y trata de esconderlo por todos los medios.

A pesar de no reconocer otros pets como seres sensibles, no quiere decir que no valore su compañía o no los respete. Al fin y al cabo, él mismo es consciente de que también es una máquina. Inay no habla demasiado, siempre que no saquen un tema en el que él pueda opinar sin disgustar a nadie. Siempre ha preferido escuchar lo que otros tengan que decirle a hablar. Le gusta rodearse de gente, y pasar tiempo en compañía, si es en grupos, mejor. Al fin y al cabo, todo es más divertido si estás con alguien que si estás solo.

 
Historia:

Vendido como un pet más a un cliente cualquiera, Inay ya supo que había algo raro con él nada más despertar. Con el primer beso de su amo no sintió nada. Él ya sabía lo que debía ser el amor, como debía sentirse, estaba ahí, en su cabeza, en la punta de su lengua, pero simplemente no podía notarlo.

A pesar de saber que algo andaba mal, prefirió ignorar el problema. Fingir que no era consciente de la falta de amor. Al fin y al cabo, aún sin sentir amor, Inay protegería y cuidaría a su amo sin importar nada más. Nadie notaría la diferencia ¿Verdad?

Pasaron los meses y la falta de amor no resultó ningún problema realmente, ya que su amo estaba buscando más un compañero que un amante. Lo cual facilitó mucho la relación, al menos hasta que la falta de dinero comenzó a hacerse evidente.

La primera idea de su amo, una vez ya no era capaz de hacer frente a sus gastos, era revender a su pet, pero al parecer los amigos de su amo tenían otras ideas: Las apuestas y las peleas clandestinas. Inay era un robot grande, fuerte y estaba en forma, por no decir que las peleas resultaban mucho más lucrativas y una fuente de ingresos constante, todo lo contrario a la reventa de un pet.

Ahí fue cuando todo comenzó a torcerse. Inay no estaba enamorado, pero aún así quería a su dueño y dejarle morir de hambre no era una opción, por lo que no hizo nada para impedir que le encerraran en un "ring". Literalmente NO hacía NADA.

Inay se conformaba con quedarse quieto frente a los otros pets y encajar los golpes. Ser un saco de boxeo. Él no quería hacer daño a nadie, solo aguantar lo que pudiese y una vez sus rivales se agotasen, solo sería inmovilizarlos. Esperaría a que la gente se aburriera y uno de los dos se retirase de la pelea. Fácil, sencillo y sin heridos... Quitándose a sí mismo, claro.

No llevaba la cuenta de cuantas peleas ganaba, pero eran muchas menos de las que perdía. Cada vez que su amo le curaba las heridas le instaba a hacer algo, a pelear, a defenderse, a cualquier cosa que no fuese estár ahí plantado. Cuando Inay explicó que no quería hacer daño a nadie, que no podía hacer daño a nadie, su amo no respondió.

La siguiente pelea, tras haber expresado su opinión al respecto, fue distinta al resto. Inay se mantuvo quieto, aguantando los golpes como de costumbre, cuando su rival lo derribó. Generalmente era en esos momentos cuando su amo paraba la pelea, alegando que Inay era su única fuente de ingresos y que pelearían a la siguiente.

Pero esa vez no ocurrió.

Mientras estaba tirado en el suelo, siendo pateado por otro pet, miró a su alrededor y vio a la gente aclamar y a su amo, mirandole. A pesar de lo asustado que estaba, de que lo iban a romper, ahí estaba su amo, sin hacer nada, solo le miraba desde la distancia.

Entonces algo en su mente comenzó a funcionar. Él no le importaba una mierda a su amo. No era más que una máquina. No era más que una fuente de ingresos. No le echaría de menos si se rompía. Y lo peor de todo, es que no era el único.

Su rival tampoco era importante. No era más que una maraña de chips y cables con un exterior bonito, como él. Mientras pensaba esto, el rostro de su rival se difuminaba cada vez más y más hasta no ser otra cosa que una máscara inexpresiva. Una carcasa. ¿Qué importaba si lo rompía? Si ninguno de los dos era importante ¿Por qué tenía que romperse él? No era justo. Él se había portado bien. Él había sido bueno.

Nuevos víctores rompieron su hilo de pensamiento y cuando Inay parpadeó se encontraba rodeado de los escombros que hacía escasos minutos eran el pet que lo golpeaba.

No tuvo tiempo de asimilar la escena que tenía alrededor, su amo ya estaba a su lado, felicitándole por la pelea ¿Había peleado? Y ya estaban arrastrándole al siguiente combate, sin molestarse en curarle en esta ocasión.
Las siguientes fueron todas iguales, uno, dos, hasta tres rivales a la vez contra él. Pero no importaba. Ellos no eran pets, nadie les quería. No eran más que carcasas vacías. Objetos. Cosas reemplazables. Los despedazaba antes incluso de que levantasen un puño contra él.

Cuando la noche ya tocaba a su fin y comenzaba a salir el sol, las peleas clandestinas se tomaban un descanso. Inay y su amo regresaban a casa. Su amo delante de él, contando un fajo de billetes mientras alagaba su nuevo comportamiento. Inay, mientras tanto, confuso, miraba a su alrededor.

Distinguía los rostros de las personas ¿Pero los pets? Todos eran iguales, carcasas, máscaras. ¿Dónde estaba el... alma, la humanidad o lo que demonios fuese que hiciese que los pets pareciesen humanos? Ya no estaba. No lo encontraba.

¿Se vería así mismo de la misma manera? De repente tuvo miedo a mirarse en un espejo, miedo a que los otros le viesen como si también fuese una carcasa. Se detuvo un segundo, intentándo no entrar en pánico, pero no funcionó. Intentando quitarse esos rostros inexpresivos de la cabeza, esas ideas horribles, se giró y salió corriendo.

Su dueño seguía caminando, con los ojos fijos en el dinero... No se dio cuenta de que su pet ya no le seguía hasta que estuvo delante de la puerta de su casa.

Inay por su parte, una vez consiguió calmarse, se negó a volver con su dueño. No quería pelear, no quería romper nada, no quería que le viesen como si fuese una carcasa a él también, no volvería. Se negaba a volver.

Alejándose lo máximo posible de su anterior dueño, terminó encontrando un trabajo parcial en una obra. Mucho sol, mucho cansancio, compañeros simpáticos... Vamos, un trabajo humilde que le daba lo suficiente comer y para alquilar un pequeño garaje, donde actualmente reside.

 
{E X T R A S}


 
Gustos:

- Le encanta el ramen, pero no el preparado con su carne y sus verduras, el de sobre. No hay nada mejor que estar tranquilo en casa con un bol de ramen instantáneo en las manos.

- Tiene una gran debilidad por los felinos. A pesar de ser un Pet basado en un cánido, el ronroneo de los gatos le inspira mucha ternura.

- La poesía o la música suave. Por desgracia él no tiene don para cantar o recitar, por lo que siente cierta envidia sana por las personas que tienen buena voz.

- Las bebidas alcohólicas, en especial la cerveza. Tiene buena resistencia al alcohol y lo aprovecha disfrutando al máximo de una buena espumosa.

- La nieve. Siempre se ha sentido como en casa cuando está cerca de la nieve o cuando está nevando.

- Las leyendas, los mitos y los cuentos. Siendo más fan de estos últimos, Inay disfruta tanto escuchándolos como contándoselos a alguien.

- Los insultos y la gente que dice más palabrotas que palabras. No puede evitarlo, esta clase de gente le hace reír, incluso si los insultos están dirigidos a él. Muchas de estas palabras le gustan simplemente por que "suenan raro".

 
Disgustos:

- Las peleas en general. Ver a los humanos o a los animales pelearse es algo que le altera. La sensación empeora cuando las peleas son de Pets, ya sea viéndolas o participando en estas últimas.

- Las órdenes. Puede que resulte contradictorio para un pet, pero hay formas y formas de pedir las cosas. Las órdenes son para esclavos o sirvientes, y él no es nada de eso.

- Debido al defecto 02 de su sistema, nunca se ha enamorado y piensa que por esto mismo siempre será incapaz de sentir amor real por alguien. Por ello las muestras de romanticismo o de afecto las detesta, no son para él.

- No soporta los lugares aglomerados de gente. Ya se trate de una discoteca, un pub o de un concierto. Le gusta tener suficiente espacio a su alrededor como para poder caminar sin chocarse contra nadie.

- Los paseos demasiado largos o el senderismo. Está bien un paseo, un pequeño viaje, pero eso de caminar y solo caminar durante horas le resulta cansado.

- Los fuegos artificiales. Puede disfrutarlos desde lejos y le gustan los colores, pero no de cerca. El estruendo de los petardos estando tan cerca le asusta.

- Los espejos, metales pulidos, fotografías, agua tranquila, cualquier cosa donde pueda verse reflejado. Tiene pánico a ver su propio rostro.

 
Hobbies y manías:

- Fumar le relaja. Aunque técnicamente la nicotina no tenga efectos reales en su mecanismo, el cosquilleo del humo en sus labios y ver como este se dispersa en el aire le resulta muy relajante.

- El dibujo. Su forma favorita de matar el tiempo es sentarse en algún lugar apartado y pasarse horas dibujando lo que ve, en especial le gusta dibujar paisajes otoñales.

- Tiene la manía de despertarse muy, muy temprano. Incluso sin haber descansado correctamente la noche anterior. Inay AMA ese pequeño momento de vigilia. Ese momento en el que no estás dormido pero tampoco despierto del todo. Tanto le gusta esa sensación que se ha acostumbrado a madrugar sin importar qué.


 
Información extra:

- Como buen pet que es, tiene los conocimientos básicos del hogar: Sabe cocinar, coser, limpìar...

- En época de celo suele alejarse de la gente, ya que se comporta de forma mucho más brusca y dominante de lo normal.

- Aunque no le gustan las peleas, es muy hábil a la hora de utilizar llaves y técnicas de inmovilización.

  ♂Físico
 
Nombre del Anime del que procede:
Touken Ranbu
 
Nombre real:
Kogitsunemaru
 
Imagen:
Físico:

Inay
Caninos
Inay
Caninos

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Mensaje por Arlock Vie Ene 18, 2019 12:41 pm


» Aceptada y cerrada.

¡Bienvenido!
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