Seimei

• Apodo:
• Nombre/Apellidos: Seimei Aoyagi
• Edad: 27 años
• Raza: Shifter
• Nacionalidad: Japonés
• Fertilidad: Si
• Pet:
• Profesión: Vendedor en la Defective´s Shop
• C. Sexual: Suke

{D E S C R I P C I O N E S}

• D. Física:
A primera vista podría decirse que tiene una apariencia ordinaria. De contextura promedio, delgado, con un cuerpo que destaca por la agilidad más que por la fuerza.

De cada uno de sus movimientos, de cada gesto desprende una natural y sutil elegancia felina. Una delicadeza suave que cumple con hacerlo parecer inofensivo.

La frialdad de su mirada se escuda detrás de una amable sonrisa, y su suave y calmada voz que con tanta facilidad puede volverse pura dulzura.

Entre las finas facciones de su rostro todavía demasiado juvenil, destacan los hipnóticos ojos de gato con sus grandes pupilas de un violeta oscuro, que son capaces tanto de una mirada dócil y cariñosa como de una aguda y llena de malas intenciones.

Tiene una espesa cabellera negra que cae sobre sus ojos y mejillas, y por detrás le llega hasta la base del cuello, dónde las puntas se le rizan levemente.

Prefiere la ropa sencilla, sobria y elegante. Le gustan mucho los abrigos largos y los colores otoñales.

Es muy prolijo en su apariencia, nada fuera de lugar. Cada detalle bien cuidado de pies a cabeza, hasta las uñas las lleva impecables.

De entre aquella apariencia perfecta, y perfectamente normal, se delata a veces su naturaleza de shifter, con dos orejas de gato en su cabeza y una larga cola negra.


• D. Psicológica:

Si debiera describírsele en una sola palabra, sería egoísta.

Seimei tiene una profunda desconexión emocional hacia otras personas, por lo que no siente empatía, carece de compasión y se le dificulta sentir cariño.

Desde luego todo esto no es algo que vaya mostrándole a la gente todo el tiempo. Seimei es también tan buen actor como cualquier manipulador buscando obtener lo que quiere.

Entonces, por lo general suele presentarse con una actitud afable, puede ser incluso encantador, aunque con la misma facilidad dará la espalda a quien no necesite, le aburra o se convierta en una inconveniencia.

Otras veces, si no le apetece gastar energía en fingir amabilidad, simplemente habla y se comporta sin ningún filtro, desconsiderado, arrogante. Hasta cruel por diversión.

Sin embargo incluso al mostrar ese lado tan feo de su personalidad puede mantener la más tranquila y agradable de las expresiones.

Muy difícilmente la faz de su rostro se ve afectada por una emoción genuina. Casi siempre, si llora  es sólo actuación.

Por lo poco que pueden afectarlo sus propias emociones, cuando encuentra a alguien capaz de provocarlas busca la cercanía con esa persona, aunque termina convirtiéndose en alguien posesivo y tóxico. Nunca abiertamente violento, pero si manipulador al punto en que le gusta aislar a esas personas del resto del mundo para que dediquen su atención completa a él.

Para aquellas personas que le dan lo que quiere se mostrará atento y puede incluso desvivirse en atenciones y cariño, pero es siempre un afecto condicionado y tormentoso, y no dudará en buscar la manera de castigar a quienes traicionen ese cariño que les muestra.

Detesta ver felices a otros cuando esa felicidad no tiene nada que ver con él. Si la oportunidad se da, destruirá esa felicidad sólo por placer y sin remordimientos. No conoce los remordimientos.


• Historia:

Seimei no tiene una trágica historia que explique porque es como es. Él simplemente nació así.
Fue un niño amado y mimado por su familia, y esas atenciones no disminuyeron ni siquiera cuando nación su hermano menor.

Y Seimei era un niño feliz y afectuoso con su familia.

Aunque ese afecto pareció retorcerse cuando sus padres se divorciaron.

Seimei jamás perdonó a su padre a quien trató como si no existiera a partir de entonces. Aquello no fue porque le doliera la ruptura de su familia, si no porque veía la ausencia de su padre como una traición hacia el amor que decía tener a él.

Tampoco perdonó a su madre, cuyo castigo fue soportar una serie de malos comportamientos hacia ella que poco a poco fueron convirtiéndose en maltratos físicos y abuso emocional.

Claro que no lo hacía frente a otras personas, y sus allegados creyeron que la aversión que fue creciendo en la mujer por su hijo mayor era debido a algún desbalance mental provocado por el divorcio.

Esa idea sólo se reforzó cuando la mujer terminó suicidándose.

Para entonces Seimei tenía quince años, y él y su hermano fueron a vivir con su padre, quien ya había vuelto a casarse.

Seimei no estuvo mucho tiempo ahí antes de conseguir otro lugar más a su gusto para vivir, pero lo poco que estuvo ahí le sirvió para convencer a su hermano de que su madrastra los odiaba y que hacia cosas como poner veneno en su comida.

Así mismo logró provocar muchas discusiones entre su padre y la esposa, aunque todo mejoró en cuanto Seimei dejó la casa.

Claro que los problemas sólo se mudaron con él a su nueva casa, con un hombre con el que tenía una relación cercana a quien Seimei convenció de dejar su trabajo para que pudiera dedicarle más tiempo a él, y luego Seimei lo abandonó unas semanas después para irse a vivir con alguien más.

Y así pasó, de relación en relación, amigos, amantes, compañeros de trabajo a quienes usaba a su antojo y luego se marchaba, dejando muchas veces partes de sus vidas destruidas.

Entre todo eso, Seimei ha tenido tiempo de viajar por Japón y estudiar distintas cosas, aunque no logra terminar los cursos porque se aburre y siente que aprende más rápido y mejor por su cuenta.

Actualmente trabaja en la Defective´s Shop, aunque la mayoría de sus ingresos vienen de su otro trabajo: Un pequeño negocio nada legal traficando con Pets robados, los cuales vende a un precio mucho menor al de las tiendas, para la gente que tenga ganas de divertirse torturando y destruyendo Pets.

Tiene un pequeño lugar en el centro en dónde se le brinda al cliente una habitación bien equipada con instrumentos que le pueden servir a la hora del juego, aunque también se hacen entregas a domicilio. No hay restricciones en lo que se permite hacer con el Pet en tanto se haya pagado por adelantado.

Desde luego, Seimei se limita a dirigir el negocio, y se divierte observando, pero tiene subordinados que se encargan de hacer el trabajo sucio de robar Pets, limpiar el desastre que queda cuando terminan con ellos, e ir a vender los restos como chatarra.


{E X T R A S}
• Gustos:
-El sonido del piano. Él no sabe tocar más unas cuantas notas, pero los Pets que ha tenido los pide con esa habilidad o hace que aprendan a tocar para él.

-Las cosas limpias y en orden

-Sentir que lo necesitan.La dependencia emocional de otros hacia él.

-Ver el sufrimiento de otros

-Los mimos y caricias cuando le apetecen. En su forma de gato disfruta mucho que lo cepillen. Y otras veces no tiene nada de ganas de que le pongan una mano encima y entonces exigirá que le dejen en paz.

-Tostadas con miel para desayunar

• Disgustos:
-La comida muy condimentada

-Los hábitos desagradables de la gente.

-Compartir lo que es suyo, en especial a las personas.

-Sentirse traicionado o abandonado. No es algo que perdone.

-Los niños.

-Las bebidas muy calientes, por su lengua sensible de gato.

• Hobbies y manías:

-Leer mucho. Suele dedicar muchas horas libres a estudiar el tema en turno que le interese.

-Observar como destruyen Pets.


• Información extra:

-Es de la idea de que lo que no funciona bien lo arregla, y si no se puede se desecha cuanto antes. Esto aplica a objetos, situaciones y personas.

-Si hay Pets activados en la tienda usualmente se porta cordial con ellos. A los que se lleva para venderlos en su establecimiento clandestino no les tiene ninguna consideración.

-Tiene un estómago delicado, así que lo que come puede sentarle mal con facilidad.

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♂Físico
• Nombre del Anime/Manga/Videojuego del que procede: Loveless
• Nombre real: Seimei Aoyagi
• Imagen:

Spoiler: