El pequeño pozo

Entre dos altos edificios se encuentra uno más pequeño y de apariencia rústica. La fachada es sencilla y de madera poco pulida, y los cristales de la ventana y la puerta son de varios colores, lo que tiñe la luz que pasa al interior a través de ellos. El exterior está adornado con una variedad de plantas dentro de pequeñas macetas.
El letrero de madera pintada que cuelga de la puerta dice :Abierto, dando la bienvenida a quien quiera pasar a probar la extensa variedad de té preparado, licores finos y dulces artesanales




¿Quieres beber algo caliente? ¿Algo refrescante? ¿Algo para relajarte? ¿Una lectura de tu fortuna? Seguramente aquí encontrarás lo que necesitas, servido con esmero y la mejor disposición.




Al entrar, un pequeño recibidor da a un pasillo  salón amplio de pisos de madera, con mesas bajas.



 Al fondo del salón se encuentra la cocina.



Al lado de la cocina hay un pequeño espacio sin techo que intenta ser un jardín, en donde por supuesto las plantas y un árbol  de cuyas ramas cuelgan listones y flores de papel.



Junto al jardín se encuentran las escaleras que llevan al segundo piso, que es un pasillo largo dividido en pequeños cubículos separados por mamparas de madera que dan algo de privacidad entre cada mesa. El baño se encuentra debajo de las escaleras.




Desde el segundo piso se puede tener vista al pequeño jardincito del interior o al exterior



El tercer piso es una bodega, aunque hay una cama en dónde el dueño solía dormir antes de comprar su casa, y que ahora puede ser usada por alguno de los empleados.


¡Pasa a sentarte dónde más te guste y pide algo. Aquí todos son bienvenidos!